Fuerte sacudida en el fútbol andaluz: Pablo Lozano renuncia tras amenaza de moción de censura
2024-12-27
Autor: Lucia
El presidente del fútbol andaluz, Pablo Lozano, ha dejado su cargo en un giro sorprendente que sacude los cimientos de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Su dimisión llega justo cuando se anunciaba la nueva Junta Directiva encabezada por Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Según información de diversas fuentes, Lozano se vio obligado a renunciar ante la amenaza de una moción de censura respaldada por al menos cien miembros de la Asamblea, quienes hace solo nueve meses lo habían reelegido con un abrumador respaldo de 149 votos a favor de 150.
Lozano, quien había ocupado el cargo de vicepresidente en la RFEF y estaba considerando postularse para liderar el fútbol español, solicitó un plazo de tiempo para facilitar su salida. Sin embargo, bajo la presión de los delegados territoriales, se vio forzado a abandonar el cargo antes de la 11:00 de la mañana de este jueves, bajo la advertencia de que de lo contrario presentarían la moción de censura.
La caída de Lozano, estrechamente vinculado al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), representa un cambio significativo en la dirección del fútbol andaluz. Este también afecta a su mano derecha, el vicepresidente José Manuel Molina Maza, quien ocupaba un cargo clave en la selección española de fútbol.
La pérdida de confianza en Lozano ha sido atribuida a su gestión financiera, especialmente en la distribución de fondos destinados a la profesionalización de las Federaciones Territoriales. Estos recursos, sorprendentemente, se destinaron en gran parte a aumentar su propia remuneración, que alcanzó la cifra de 65,188.95 euros en noviembre pasado. Además, recientes circunstancias personales han llevado a cuestionar su reputación y a intensificar las exigencias para su remoción.
El malestar entre los delegados se intensificó cuando Lozano no avanzó como candidato para la presidencia de la RFEF, a pesar de haber sido visto como un candidato fuerte tras la inhabilitación de Pedro Rocha. En lugar de utilizar su influencia, eligió apoyar a Salvador Gomar, quien tampoco logró obtener la presidencia. Este cambio de apoyo ha provocado que muchos de sus antiguos aliados se sintieran traicionados.
Por otro lado, hay rumores de que la figura política de Rafael Louzán, que también tiene conexiones con el Partido Popular, juega un papel fundamental en la caída de Lozano, sugiriendo que esta situación podría ser parte de una estrategia más amplia tras asumir la presidencia de la RFEF. Esto reitera un patrón en el fútbol español, donde los conflictos de interés y los juegos de poder son moneda corriente.
La dimisión de Lozano ha llevado a comparaciones con su predecesor, Eduardo Herrera, quien también fue forzado a renunciar bajo condiciones similares de falta de confianza, revelando que el fútbol andaluz enfrenta crisis de liderazgo con una frecuencia alarmante.
Este episodio plantea interrogantes sobre el futuro del fútbol en Andalucía y la capacidad de las nuevas autoridades para restaurar la confianza y la transparencia en la gestión deportiva. ¿Logrará la federación superar esta crisis y enfocarse en el desarrollo del deporte rey en la región?