La Guardia Civil arrestó el 9 de enero en Pedrola a un hombre de 59 años, propietario de una gestoría, acusado de haber colocado una cámara de grabación en el baño de su oficina.

Este inquietante suceso salió a la luz cuando el 18 de diciembre, una de sus empleadas descubrió el dispositivo al usar las instalaciones. Al revisar las grabaciones, la mujer se vio a sí misma en varios vídeos, y en algunas imágenes incluso pudo identificar a su jefe mientras realizaba pruebas con el aparato.

Este caso ha generado una gran conmoción en la comunidad local, donde los residentes expresan su indignación ante la violación de la privacidad. Los expertos advierten que el uso de cámaras en lugares privados es no solo ilegal, sino también una grave violación de derechos humanos.

La Guardia Civil continúa investigando el caso y se espera que el detenido enfrente cargos serios por sus acciones.