El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se encuentra en el centro de un escándalo sin precedentes tras ser acusado de cinco cargos federales, que incluyen soborno, fraude electrónico y la solicitación de contribuciones de campaña de ciudadanos extranjeros. Los detalles salieron a la luz en un documento de 57 páginas publicado el jueves por la mañana y ha dejado a la ciudad en estado de shock.

Esta acusación se produce después de una intensa investigación federal que duró un mes, centrada en posibles violaciones en la recaudación de fondos y la influencia extranjera en las elecciones. A pesar de lo grave de los cargos, los detalles específicos aún no han sido revelados.

Adams, ex capitán de la policía de Nueva York y quien asumió el cargo en enero de 2022, ha defendido su inocencia en repetidas ocasiones, afirmando que siempre instó a su equipo a cumplir la ley. En su respuesta a la acusación, el alcalde comentó: “Siempre supe que al defender los intereses de los neoyorquinos me convertiría en un objetivo, y aquí estoy. Si se me acusa, soy inocente y pelearé con todas mis fuerzas.”

Se espera que Adams tenga varios días para entregarse a las autoridades locales. El alcalde se encontraba en su residencia oficial, Gracie Mansion, en el momento en que se conoció la noticia, y, según fuentes cercanas a él, reaccionó con calma y determinación.

La repercusión de estas acusaciones es monumental y representa un duro golpe para la administración de Adams, considerada una de las más visibles y relevantes del país. Su carrera política se encuentra en un peligro inminente, justo cuando los públicos temores sobre la delincuencia y la crisis de inmigrantes en la ciudad están en aumento.

El alcalde ha tenido que enfrentar críticas recientes por sus fiestas privadas y los altos gastos del municipio, especialmente en educación, lo que ha alimentado aún más el descontento público.

Nuevo giro con la investigación

La situación se intensificó cuando este jueves los investigadores federales irrumpieron en Gracie Mansion, llevando a cabo un registro y entregando una citación al alcalde. Adams no fue arrestado, pero su abogado criticó la operación, calificándola de un intento de hacer un espectáculo. “No ha sido detenido y espera su día en el tribunal”, declaró su abogado, Alex Spiro.

En un intento de evitar este escándalo, los abogados de Adams se reunieron la semana pasada con funcionarios del Departamento de Justicia, aunque la presión punitiva parece haberse incrementado. Desde septiembre, varios de sus colaboradores cercanos han sido objeto de registros y han visto sus dispositivos confiscados, lo que ha llevado a renuncias en su gabinete, incluida la de su abogado principal y el rector de las escuelas.

Consecuencias políticas inminentes

Las acusaciones también han reavivado preguntas sobre sus vínculos con la comunidad turcoamericana y sus viajes a Turquía, ya que ha sido destacado en la investigación la potencial influencia extranjera en su campaña de 2021. La presión política resulta insostenible, y aunque legalmente no está obligado a rendir su cargo, su futuro político parece cada vez más comprometido.

Si Adams decide renunciar, su puesto podría ser ocupado temporalmente por el defensor público de la ciudad, Jumaane Williams, hasta que se realicen elecciones especiales. La situación se desarrolla en un contexto donde la ciudad lucha con problemas de seguridad y una creciente crisis de inmigración, lo que hace de este escándalo uno de los más impactantes en la política estadounidense reciente.

Los neoyorquinos esperan cambios significativos y las consecuencias que este escándalo tendrá en la administración de Adams, un líder que prometió una Nueva York más segura y revitalizada.