Israel ha llevado a cabo una operación militar controvertida en el hospital Kamal Adwan, situado en Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza, donde se detuvo a 240 personas este sábado (28 de diciembre de 2024). La irrupción fue violenta, evacuar a pacientes y personal médico, y se incendiaron varias áreas del hospital, lo que desató una ola de críticas internacionales.

Entre los detenidos se encuentra el director del hospital, el doctor Husam Abu Safiya, quien había estado desaparecido antes de la operación. Las autoridades israelíes lo acusan de ser un "agente terrorista de Hamás" y aseguran que actualmente se encuentra bajo custodia mientras es interrogado.

Un comunicado conjunto del Ejército israelí y el Shin Bet, la agencia de seguridad interna, afirmó que entre los arrestados hay 15 milicianos vinculados a los ataques del 7 de octubre de 2023, además de ingenieros de Hamás que utilizaban el hospital como refugio para actividades terroristas. Israel asegura haber confiscado un gran arsenal de armas dentro del hospital, incluyendo granadas y municiones.

A pesar de las críticas, el Ejército mantiene que la operación era necesaria, argumentando que los terroristas estaban usando el hospital como un centro de mando para planear ataques. En una declaración, las autoridades indicaron que se habían evacuado 95 pacientes y personal médico antes de la ofensiva, que ha sido calificada como una parte de una estrategia más amplia de "tierra quemada" en el norte de Gaza.

Sin embargo, el trato a los detenidos ha generado indignación. De las 240 personas arrestadas, alrededor de 400 fueron liberadas más tarde, quienes denunciaron condiciones inhumanas durante su detención. Se reportaron casos de maltrato, incluyendo agresiones físicas y humillaciones, lo que ha llevado a llamados internacionales para investigar las acciones del Ejército israelí.

El impacto de esta operación ha llevado a un aumento en las tensiones en la región y ha suscitado preguntas sobre la protección de los hospitales en situaciones de conflicto. Organizaciones de derechos humanos han instado a la comunidad internacional a intervenir y garantizar la seguridad de los civiles y la integridad de las instalaciones médicas en Gaza, donde la escasez de recursos médicos es crítica tras meses de intensos bombardeos.