Una impactante denuncia por agresión sexual ha sacudido a Ecologistas en Acción, colocando a la organización en una de sus crisis más severas desde su creación. La acusación, que involucra a Santiago Martín Barajas, un histórico militante del movimiento ecologista de 62 años, fue presentada en septiembre y se encuentra actualmente en manos del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Este caso ha emergido particularmente en un contexto mediático complicado, ya que coincidentemente se dio a conocer justo antes del escándalo que afecta a Íñigo Errejón, exdiputado de Sumar.

Martín Barajas, uno de los cofundadores de la organización, comparecería en el juzgado de Arganda el 30 de octubre, donde deberá responder ante las serias acusaciones. La denuncia hace referencia a sucesos ocurridos a finales de julio, cuando la denunciante, M.G.F., relató haber sufrido un ataque de ansiedad poco después de la supuesta agresión. Según información recabada por varios medios, la agresión habría ocurrido después de que ambos acordaran encontrarse en el domicilio de la mujer tras un encuentro que se previó alargarse en un restaurante.

El relato de la denunciante es escalofriante: durante el encuentro, Santiago Martín Barajas supuestamente se acercó de manera inapropiada, insistiendo en intimar a pesar de sus claras negativas. M.G.F. logró contactar con un amigo, quien llegó a la situación justo a tiempo para interrumpir la ofensiva del acusado. Tras ese episodio, la mujer buscó ayuda médica, donde se le diagnosticaron la ansiedad y se emitió un parte de lesiones.

Pero lo más alarmante es que M.G.F. no está sola en su denuncia. Se ha conocido que otros dos testimonios han sido incorporados al caso. Una trabajadora de Ecologistas en Acción desde hace más de 20 años reportó episodios de comportamiento inapropiado por parte de Martín Barajas en diferentes momentos, algunos de estos incidentes se remontan a dos décadas atrás. Otro testimonio proviene de una exagente forestal que asegura haber vivido situaciones incómodas con él, lo que sugiere un patrón de comportamiento problemático a lo largo del tiempo.

Ante la gravedad de las acusaciones, Ecologistas en Acción ha implementado un canal de investigación interno y ha formado un comité antiacoso para investigar lo sucedido. Este organismo está compuesto por activistas, así como por profesionales en violencia de género que ofrecen asesoramiento legal y psicológico. La respuesta de la organización ha sido rápida, incluyendo la suspensión cautelar de Martín Barajas y el inicio de un protocolo para asegurar que Ecologistas en Acción siga siendo un espacio seguro.

Por su parte, Santiago Martín Barajas ha rechazado las acusaciones, alegando que se encuentra en medio de una "cacería" en su contra y que los hechos son falsos. A pesar de la defensa de Barajas, la organización ha manifestado su compromiso con la justicia y la seguridad de todas sus integrantes.

Este escándalo ha puesto de manifiesto cuestiones más amplias sobre la cultura de la violencia dentro de (y contra) organizaciones que pretenden ser feministas. La indignación y la frustración por los casos de acoso han puesto en el centro del debate la necesidad imperiosa de una reflexión profunda sobre cómo prevenir y abordar la violencia sexual en todas sus formas. ¿Podrán estas organizaciones realmente sanear su imagen y garantizar la seguridad de sus activistas?

La comunidad feminista se encuentra expectante ante el desenlace de esta crisis, una oportunidad para cuestionar estructuras de poder y asegurar que el activismo no esté exento de responsabilidad cuando se trata de proteger a sus miembros.