La posible adquisición de TikTok por parte de Elon Musk ha desatado un torbellino de especulaciones en el ámbito político y empresarial. A medida que se intensifica la discusión sobre la venta de la popular red social en Estados Unidos, Musk emerge como un contendiente clave. Según Dan Ives, analista de Wedbush Securities, el precio de la compraventa podría oscilar entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, una cifra que recuerda los 44.000 millones que Musk desembolsó en 2022 por Twitter, hoy conocido como X.

Este interés no es mera casualidad. TikTok ha logrado capturar la atención de aproximadamente un tercio de la población estadounidense, según una encuesta reciente de Pew Research. En el ámbito publicitario, TikTok está en pleno auge, con estimaciones que sugieren que generará 15.530 millones de dólares en ingresos en EE.UU. para el año 2025, marcando un impresionante incremento del 26% respecto al año anterior.

Sin embargo, la situación no es simple. A pesar de rumores sobre un posible visto bueno por parte de China para vender TikTok a Musk y evitar una prohibición, ByteDance, la empresa matriz, ha rechazado enérgicamente estas afirmaciones, tachándolas de “pura ficción”. Recientes informes de Bloomberg y The Wall Street Journal indican que el gobierno chino podría estar considerando separar las operaciones de TikTok en Estados Unidos de sus operaciones globales, facilitando así la venta.

Uno de los mayores obstáculos de esta transacción es que el algoritmo que impulsa TikTok —su activo más valioso— no estaría incluido en la venta, lo que podría desincentivar la compra. Este algoritmo es crucial para la retención de usuarios y el éxito de la plataforma en términos de crecimiento.

Con el futuro de TikTok en el aire, el gobierno de Estados Unidos ha establecido un ultimátum: si ByteDance no vende sus operaciones locales antes del 19 de enero, la aplicación podría ser prohibida. No obstante, la Corte Suprema está revisando una apelación contra esta prohibición, lo que podría alterar el panorama y dar más tiempo a la compañía. Además, Donald Trump, quien asumirá la presidencia nuevamente, ha expresado reservas sobre la prohibición, planteando la posibilidad de una extensión de 90 días para la venta.

La preocupación central de los legisladores sobre la prohibición radica en el acceso potencial del gobierno chino a los datos de usuarios estadounidenses, lo que ha intensificado la presión sobre ByteDance. Sin embargo, la compañía ha insistido en que no existe control por parte de Pekín sobre estos datos.

El posible interés de China en que Musk adquiera TikTok se basa en sus estrechos vínculos con el gobierno chino y su actual relación con Trump. Musk, a través de su empresa Tesla, ha establecido una sólida presencia en el mercado chino allí, con el 23% de sus ingresos proveniendo de este país, lo que equivale a 5.700 millones de dólares en su último trimestre fiscal. Además, Tesla posee una planta de producción en Shanghái, lo que subraya aún más su importancia comercial en la región.

¡Estén atentos! Este desarrollo podría marcar un punto de inflexión en el panorama de las redes sociales y en la relación entre Estados Unidos y China.