Un gravísimo error del belga Lucien Agoumè condenó al Sevilla en su visita a Leganés, donde el equipo local se llevó la victoria por 1-0 gracias a un penalti a favor, lo que marca un punto crítico en la temporada para los nervionenses. Esta derrota no solo les aleja de Europa, sino que se produce en el partido número 700 de Jesús Navas con el club, un hito que debería haber sido celebrado de una manera muy diferente.

La acción polémica ocurrió en el minuto 80, cuando Agoumè, intentando pasar el balón a su portero, erróneamente agarró al jugador guineano Cisse, provocando un penalti que Miguel de la Fuente no desaprovechó. Este momento no solo reanimó al Leganés, que necesitaba urgentemente una victoria para alejarse de las posiciones de descenso, sino que dejó al Sevilla con diez jugadores, dificultando aún más su intento de igualar el marcador.

El encuentro se había caracterizado por la falta de ocasiones, ambos equipos acumulando una serie de errores e imprecisiones. Sin embargo, ni el Sevilla, que solía ser un candidato a mayores logros, ni el Leganés, incapaz de cerrar el partido en sus primeros compases, lograron aprovechar la situación. Xavi García Pimienta, nuevo entrenador del Sevilla, tiene la ardua tarea de encontrar el camino hacia la gloria perdida, mientras la afición se muestra cada vez más preocupada por la dirección en la que se encuentra el equipo.

Navas, a pesar de ser el jugador con la mayor trayectoria en la historia del club, no pudo cambiar el rumbo del partido al entrar al campo en los minutos finales, lo que refleja la falta de capacidad para generar juego en sus compañeros. Con este resultado, el Sevilla se distancia considerablemente de las posiciones europeas y se ubica en una situación precaria.

El Leganés, por su parte, logró su primera victoria en mucho tiempo, lo que les permite respirar un poco más tranquilo antes del parón internacional. En este choque, aunque el Sevilla fue el que más intentó al principio con varias jugadas peligrosas, fue incapaz de mantener ese ímpetu y se dejó llevar por la presión del Leganés.

La falta de efectividad en el ataque, con Munir y Kelechi Iheanacho, destacó en un encuentro donde las ocasiones se contaron con los dedos de una mano. Pero más que un partido perdido, esta derrota simboliza un claro mensaje: el Sevilla necesita reaccionar urgentemente si no quiere ver cómo sus aspiraciones se desvanecen en la actual temporada.

Con la mente puesta en el mercado de enero y la necesidad de reforzar el equipo, el Sevilla debe trabajar en corregir estos errores fatales y recuperar el hambre de victoria que los caracterizó en el pasado.