La búsqueda de respuestas sobre Marte siempre ha fascinado a científicos y entusiastas del espacio por igual. Preguntas como si algún día albergó vida, por qué perdió su campo magnético o el misterio detrás de la desaparición de su agua son centrales en la investigación de nuestro vecino planetario. En un pasado lejano, Marte era un mundo rico en agua con ríos, lagos y océanos. Sin embargo, hace aproximadamente tres mil millones de años, comenzó a convertirse en el desierto inhóspito que conocemos hoy. Recientes investigaciones están aportando nuevas perspectivas sobre el destino del agua marciana y revelan que la situación es más compleja de lo que se pensaba anteriormente.

Un estudio, recientemente publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, se basa en los datos de la nave espacial InSight, que llegó a Marte en 2018. Este sofisticado sismómetro registró múltiples "martemotos" y revela que el subsuelo de Marte contiene una cantidad sorprendente de agua. De hecho, se estima que podría haber suficiente agua para cubrir el planeta con un océano de aproximadamente 1.6 kilómetros de profundidad. Aunque esta información parece responder a la pregunta sobre qué sucedió con el agua de Marte, las cosas no son tan simples.

Otro estudio, publicado en Science Advances, utiliza datos del telescopio Hubble y el orbitador MAVEN, que han estado vigilando Marte y su atmósfera durante décadas. Los científicos se centraron en la fuga de hidrógeno de la atmósfera marciana, un fenómeno al que normalmente no se le da suficiente atención. Investigaron dos tipos de hidrógeno: el hidrógeno ligero y el deuterio, una forma más pesada que incluye un neutrón. Este análisis ofrece pistas sobre cómo el agua desapareció de Marte con el tiempo.

La radiación ultravioleta del Sol descompone las moléculas de agua en la atmósfera, separando el hidrógeno del oxígeno. Mientras que el oxígeno pesado se queda en la atmósfera, el hidrógeno ligero escapa al espacio. Sorprendentemente, el deuterio, debido a su mayor masa, tiende a permanecer, lo que ha llevado a un cambio notable en la proporción de estos elementos en Marte. A medida que pasan los milenios, Marte ha acumulado una cantidad mucho mayor de deuterio en comparación con el hidrógeno ligero, lo que sugiere que enormes cantidades de agua se han perdido en el vasto espacio.

Las investigaciones indican que la atmósfera de Marte presenta un ciclo dinámico y turbulento, lo que afecta la pérdida de agua. La órbita más elíptica de Marte provoca variaciones en su distancia al Sol, lo que, a su vez, provoca un aumento en la cantidad de agua en su atmósfera durante el perihelio (cuando está más cerca del Sol). Durante este tiempo, la fuga de hidrógeno se incrementa entre cinco y veinte veces, lo que resalta lo drástico que puede ser el cambio en la atmósfera marciana.

Se estima que Marte pudo haber tenido un océano de agua de una milla de profundidad, y que entre cientos de metros de esa agua se han perdido en el espacio a lo largo de los últimos tres mil millones de años. Sin embargo, gran parte del agua que queda todavía está congelada en los casquetes polares o atrapada bajo la superficie.

La interesante combinación de procesos que ocasionó la pérdida de agua en Marte incluye la congelación en su subsuelo y la descomposición de las moléculas de agua en sus elementos atómicos. Como resumen, el profesor John Clarke de la Universidad de Boston afirma que el agua en Marte ha tomado dos caminos: congelarse en el suelo o descomponerse y liberar sus átomos al espacio.

El relato de la desaparición del agua marciana es, por tanto, un rompecabezas lleno de sorpresas. A medida que más investigaciones se realicen y nuevas tecnologías se desarrollen, podríamos acercarnos a descubrir los secretos de Marte y, tal vez, entender mejor la posibilidad de vida en el Planeta Rojo en el pasado. ¡El misterio continúa! ¿Estamos un paso más cerca de desentrañarlo?