El Gobierno español ha decidido modificar a finales de diciembre el gravamen que afecta a la banca, intensificando la presión sobre las entidades que planean realizar fusiones con otros bancos. Esto significa que BBVA, que ya se encuentra en conversaciones para fusionarse con Sabadell, podría enfrentar una fuerte penalización fiscal si avanza con la operación.

En la Ley 7/2024, recién actualizada, se ha introducido un nuevo apartado que establece que el tipo impositivo para las entidades bancarias aumentará un 15% para aquellos que se conviertan en adquirentes en fusiones que impliquen instituciones crediticias que hayan desaparecido. Este cambio se activará cuando los ingresos de la entidad adquirida superen los 100 millones anuales.

Este 'impuestazo' afecta principalmente a los bancos más grandes, y en este contexto, BBVA es uno de los tres bancos, junto a Santander y CaixaBank, que tendrá que hacer frente a todos los tramos del nuevo gravamen debido a sus ingresos en el mercado español, que superan los 5.000 millones de euros. Se estima que BBVA podría tener que pagar alrededor de 300 millones de euros anuales como resultado.

¿Ahora viene la parte más sorprendente? Si BBVA prosigue con sus planes de fusión con Sabadell, la presión fiscal que enfrentaría podría ser aún mayor. Sin embargo, los ejecutivos de BBVA han dejado claro que no ven un futuro sombrío incluso si Sabadell continúa operando como una marca independiente. De hecho, han insinuado que serían capaces de captar muchas sinergias entre ambas entidades sin una fusión formal.

Pero eso no es todo. Según Barclays, si la fusión se concretara, la entidad combinada tendría ingresos proyectados que superarían los 10.800 millones en 2024, lo que llevaría el impuesto a pagar a 627 millones, un incremento significativo respecto a lo que pagarían de manera separada.

A su vez, el Banco Central Europeo ha expresado su descontento con la implementación de impuestos especiales en la banca, señalando que tales medidas podrían debilitar la capacidad de los bancos para manejar riesgos económicos, afectar la concesión de créditos, y fragmentar el sistema financiero europeo.

Las tensiones continúan, y el futuro de la fusión entre BBVA y Sabadell parece estar en un delicado equilibrio entre la estrategia de negocio del banco y los desafíos impuestos por el entorno fiscal. ¡Mantente alerta! Esto está lejos de acabar y podría tener un impacto masivo en el sistema financiero español!