La devastación ocasionada por la tormenta DANA ha dejado a su paso una impactante realidad: millones de euros en daños y una montaña de coches inservibles que se suman al angustiante proceso de recuperación. En primer lugar, la prioridad es la vida humana, pero ahora, el foco se dirige hacia las viviendas y negocios destrozados. Sin embargo, el gran desafío radica en los automóviles, los cuales han sido literalmente absorbidos por el agua.

Se estima que más de cien mil vehículos han quedado completamente dañados, solo en las regiones más castigadas, donde las inundaciones han arrasado todo a su paso. Las imágenes de automóviles flotando, atrapados y hechos trizas son un recordatorio escalofriante de la fuerza de la naturaleza. La mayoría de estos vehículos quedaron sumergidos, atrapados en parkings inundados o arrastrados a largas distancias.

El proceso de retirar estos coches de las calles ha comenzado, pero no sin dificultades. Cada municipio ha establecido fosas comunes temporales para hacer frente a la acumulación de chatarra. Uno de los puntos más destacados es el que se ha habilitado en Benetússer, donde los desechos automovilísticos han comenzado a apilarse formando torres de diferentes alturas, un verdadero espectáculo de la devastación.

En localidades como Alfafar y Sedaví, el panorama no es distinto. Estos pueblos también se han convertido en puntos de concentración de automóviles dañados, con miles esperando ser procesados. Las autoridades locales han identificado muchos de estos vehículos, aunque otros han quedado irreconocibles, despojados incluso de sus matrículas.

El campo del Discóbolo en La Torre ha sido transformado en un improvisado depósito donde cada coche se etiqueta y organiza para su evaluación. En otras localidades, como Sociópolis, se han tomado medidas similares, mientras los peritos se preparan para gestionar las reclamaciones y las compensaciones a los propietarios. Sin embargo, se teme que las indemnizaciones no alcancen siquiera el valor real de los coches perdidos.

En un esfuerzo por ayudar a los propietarios, el Ayuntamiento de Valencia ha habilitado líneas telefónicas y un apartado en su página web (www.valencia.es), donde se proporciona información sobre los vehículos recuperados por la Policía Local. También se ha implementado un servicio de atención presencial en las alcaldías para asistir a los ciudadanos afectados, que buscan recuperar sus abrumados vehículos y obtener la asistencia necesaria.

En resumen, lo que una vez fueron coches que ofrecían libertad y movilidad se han convertido en residuos que simbolizan la lucha de muchos por levantarse nuevamente. El camino hacia la recuperación es arduo, pero con cada coche retirado, se acerca un poco más la normalidad tras esta devastación.