La Guardia Civil está al frente de una investigación tras el horrible hallazgo de una yegua preñada, que fue abatida con un disparo en O Cortelliño, en la localidad de Baiona. El cuerpo del animal fue descubierto por la mañana, con las patas hacia arriba, cerca de la carretera. Esta yegua, de solo cinco años y parte de la emblemática cabaña salvaje de la Serra da Groba, fue asesinada con un disparo que atravesó su cuerpo, dejando un rastro de dolor y consternación entre los ganaderos de la región.

El disparo fue realizado con una bala expansiva, un tipo de proyectil diseñado para causar un daño máximo al impactar, comúnmente usado en caza debido a su capacidad de provocar muertes rápidas. Modesto Domínguez, presidente de la Asociación de Cabalos da Serra da Groba, fue quien encontró el cadáver y dio la voz de alarma. El proyectil impactó en la parte trasera, alcanzando los pulmones. "La mataron en lo alto, en la montaña, porque estos animales no descienden a áreas privadas. Aparentemente dispararon desde la carretera", explicó Domínguez.

Con herida mortal, la yegua recorrió unos veinte metros antes de caer. "Me encontré con ella en ese estado. Tuvo que suceder por la noche o de madrugada, ya que el día anterior pasé por el mismo lugar y no estaba", añadió el presidente de la asociación. La Guardia Civil recuperó restos del proyectil en la escena del crimen.

Este trágico incidente no solo representa un grave ataque a la rica herencia natural y cultural de la zona, sino que también pone de manifiesto la vulnerabilidad de esta especie única. "Quien lo hizo, dio en el sitio exacto: en el corazón y los pulmones", advirtió un consternado Modesto Domínguez.

Los ganaderos están atónitos y buscan respuestas ante este acto deplorable. Es un hecho absolutamente inédito en la región. En 2019, en el municipio vecino de Oia, cuatro ejemplares de esta raza salvaje fueron asesinados de manera similar. Aunque no se ha establecido una conexión directa entre los eventos, los ganaderos exigen justicia.

La comunidad ha quedado sin palabras ante esta barbarie. A pesar de los esfuerzos por preservar esta raza emblemática, incidentes como este evidencian que la amenaza a su supervivencia proviene no solo de la naturaleza, sino también de la mano del hombre. Esta yegua forma parte de una de las últimas manadas que subsisten en los montes de Baiona, Oia y O Rosal desde hace milenios, y que representan una valiosa reserva de caballos salvajes en el mundo. Sin embargo, a pesar de los enormes esfuerzos de los ganaderos locales, la población de estos animales continúa disminuyendo. La urgencia de la protección y conservación de este patrimonio es más clara que nunca.