"¿Qué le pasa a Dylan Osetkowski?" Esta pregunta resonó en cada rincón durante los playoffs de Unicaja frente a UCAM Murcia la temporada pasada. El ala-pívot californiano, quien había tenido un desempeño espectacular durante la temporada regular, se desinfló en los momentos cruciales. Pero ahora, el desconsuelo queda atrás: Dylan ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande. En una impresionante pretemporada, se coronó como MVP de la Copa Intercontinental, llevándose el prestigioso reconocimiento justo en el momento en que espera la resolución de una sanción que podría impactar su carrera, tras dar positivo en un control de dopaje por marihuana.

Lo cierto es que, en circunstancias normales, Osetkowski no estaría regresando de Singapur con Unicaja, sino preparándose para un típico entrenamiento con un equipo de Euroliga, donde su nivel ya lo merecía. Se esperaba que el Barcelona activara su cláusula, pero su posible sanción por doping desvió el rumbo de su carrera. La situación lo dejó en una posición incierta y resultó ser la razón de su bajo rendimiento al final de la Liga Endesa, una temporada llena de promesas que se desvaneció por un simple descuido.

El positivo se originó de un control realizado en diciembre, pero una serie de retrasos administrativos causaron que Osetkowski fuese notificado meses después, en abril. El impacto de la noticia no sólo afectó su rendimiento, sino que también arruinó los acuerdos que ya estaban en marcha para llevarlo a un equipo de mayor perfil. La presión y el estrés acumulados hicieron mella en él, llevando a una performance más bien decepcionante en el cierre de la temporada anterior.

El verano pasado, Dylan se tomó un respiro y regresó a San Diego, buscando claridad y motivación a medio océano de distancia de casa. Unicaja supo aprovechar esta situación, reforzando su juego interior mientras esperaban un veredicto que podría sacarlo hasta de uno a tres meses del juego. Ibon Navarro, su entrenador, también compartió sus inquietudes al lidiar con una plantilla que incluye a siete pívots talentosos. "Nunca he entrenado con siete pívots. Tendré que aprender a gestionar esta situación", admitió el técnico.

Sin embargo, cuando Osetkowski tuvo la oportunidad de demostrar su valía en la Copa Intercontinental, no la desaprovechó. Regresó siendo el jugador que todos recordaban: un todoterreno en la cancha que brilló tanto en defensa como en ataque. En el primer partido contra el Petro de Luanda, logró 14 puntos, 7 asistencias y 8 rebotes; en el segundo, ante el Al Riyadi, aportó 6 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes; y en la final, ante G-League United, alcanzó los 15 puntos, 4 rebotes y 3 robos. Su rendimiento no solo lo llevó a ganar el MVP del torneo, sino que también lo reconectó con las sensaciones de confianza que había perdido en meses anteriores.

"Estamos jugando como equipo, con un grupo unido que lleva tres años jugando juntos, esa es nuestra identidad. Cada jugador tiene la oportunidad de anotar", reflexionó Osetkowski después de la final, plenamente consciente de que, mientras su futuro aún esté condicionado por la decisión de la FIBA, este campeonato le ha dado un impulso vital. El director deportivo de Unicaja, Juanma Rodríguez, también prometió apoyo incondicional a Dylan durante estos momentos difíciles, lo que refleja una clara intención de resolver el lío legal que lo ha mantenido en jaque. "Ha aprendido de sus errores y su rendimiento físico es excepcional. Estamos esperando una decisión de la FIBA en este mes de septiembre. ¿Podría esta coronación como MVP ser el comienzo de un nuevo capítulo en su carrera?", concluyó Rodríguez.