La financiación de la Iglesia Católica ha sido un tema recurrente en los últimos años, especialmente en España. A través de la opción de marcar la 'X a favor de la Iglesia' en la declaración de la renta, los contribuyentes han mostrado su apoyo a la institución, lo que ha permitido que en 2022 más de 8,7 millones de personas lo hicieran, representando un aumento significativo desde 2006. Esto ha resultado en la asignación de aproximadamente 358 millones de euros a la Iglesia.

La composición del clero en España incluye 15.669 sacerdotes, 32.967 religiosos, 974 seminaristas, y un amplio número de otros miembros activos, como diaconos permanentes y catequistas. En total, se destina una cantidad considerable de dinero a la retribución de estos individuos, siendo 194 millones de euros para el clero y más de 253 millones para el personal laico, lo que demuestra la importancia económica de estas instituciones en la sociedad.

Con respecto al salario de los sacerdotes, se estima que el sueldo medio se sitúa en unos 1.000 euros al mes, distribuidos en 14 pagas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta cifra puede variar considerablemente según la diócesis, ya que cada una tiene su propia política de compensación. Por ejemplo, en 2020, la diócesis de Sevilla reportó salarios de alrededor de 900 euros mensuales para los curas, aunque beneficiándose de un incremento progresivo en el salario mínimo en España, el cual actualmente es de 1.134 euros brutos.

Además, en el mismo año, los altos jerarcas como el Arzobispo y el Obispo auxiliar de Sevilla recibieron salarios de aproximadamente 1.258 euros, lo que refleja la diferencia salarial dentro de la misma organización. Teniendo en cuenta el aumento general en el salario mínimo y la importancia del apoyo comunitario a través de las contribuciones, los sacerdotes han podido enfrentar la creciente presión económica y social en el país.

Sin duda, el debate sobre la financiación de la Iglesia y el salario de sus sacerdotes continuará siendo un tema de interés en la sociedad española, donde la interacción entre la religión y la economía juega un papel fundamental.