La lucha de muchos padres con hijos diagnosticados con TDAH ha tomado un giro dramático debido al desabastecimiento del metilfenidato, un medicamento esencial para tratar este trastorno. Uno de estos padres, Belén, comparte su angustia: «Es inviable, no puede sentarse, concentrarse, y va sin contención alguna. En el colegio no puede estar así y, de hecho, sufrió dos accidentes que le resultaron en roturas de huesos».

La situación se ha vuelto insostenible. Muchos niños dependen de este tratamiento para enfrentar las exigencias diarias tanto en el entorno escolar como en el hogar. Belén añade una experiencia alarmante: «A mi hijo, un día sin medicación casi le cuesta la vida. El impulso lo llevó a cruzar una calle sin mirar y, por fortuna, no pasó nada, pero fue completamente consciente de que fue por la falta de su medicación».

La Sociedad Española de Neurología Pediátrica (Senep) ha expresado su preocupación ante el desabastecimiento del metilfenidato, subrayando que muchos niños necesitan este fármaco para poder mantener la atención, concentrarse y seguir con sus actividades educativas. La presidenta de Senep, Rocío Sánchez-Carpintero Abad, destaca que sin medicación, los niños luchan no solo con el aprendizaje, sino también con las relaciones sociales y el ambiente familiar, lo cual tiene un impacto negativo en su autoestima.

Además, la detección y diagnóstico de TDAH en los niños se está realizando de manera tardía, lo que agrava la situación. La neuropediatra Cristina Cordero menciona que el TDAH tipo inatento puede pasar desapercibido en la infancia temprana porque estos niños pueden no presentar comportamientos disruptivos. Sin embargo, sus dificultades con la atención sostenida y la organización son claras en su rendimiento académico.

Se estima que entre el 3 y el 7 por ciento de los niños en edad escolar en España padece TDAH, y es más común entre los varones. Alarmantemente, se calcula que un 30-40 por ciento de estos niños presenta la variante inatenta, que corresponde a aproximadamente 150,000 menores que sufren este trastorno en el país.

La especialista concluye que la detección precoz es vital para el desarrollo personal de los niños afectados. Sin un diagnóstico adecuado, muchos niños crecerán con un disbalance entre el esfuerzo que realizan y los resultados que obtienen, repercutiendo directamente en su autoconfianza y desarrollo emocional. Ante esta situación crítica, los padres piden con urgencia soluciones que garanticen el suministro de medicamentos y la atención necesaria para sus hijos, que merecen la oportunidad de una infancia plena y sin obstáculos.