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¡Condenado a muerte por ver 'El Juego del Calamar': sus propios padres lo delatan!

2024-10-24

Autor: María

¿Alguna vez te has preguntado qué harías si te prohibieran ver una serie? ¿Tendrías el valor de verla a escondidas? Imagina vivir en un país tan estricto que no solo te prohíbe consumir contenido extranjero, sino que, además, un familiar tuyo te denuncia. Esto parece sacado de una película de terror, pero es la dura realidad en Corea del Norte.

Durante más de 76 años, los ciudadanos norcoreanos han vivido bajo un régimen de control extremo que se estableció tras la llegada al poder de la dinastía Kim a finales de los años 40. Kim Il-sung, fundador de la República y creador de la ideología juche, fue el primero en imponer estas normas draconianas. Tras su muerte en 1994, su hijo Kim Jong-il asumió el mando, y desde 2011, su nieto, Kim Jong-Un, ha continuado con este legado opresor.

El régimen exige lealtad inquebrantable a la familia Kim. En esta sociedad, no solo se espera que los ciudadanos obedezcan, sino que también deben vigilar a sus vecinos. Cada día, los norcoreanos viven en un estado de desconfianza constante, donde las delaciones son comunes. Desde trabajadores en fábricas hasta comerciantes, todos están en alerta para denunciar cualquier comportamiento considerado subversivo. Incluso dentro de los matrimonios, la desconfianza puede llevar a que una pareja se delate mutuamente ante las autoridades.

Recientemente, se ha conocido un caso estremecedor: un joven fue condenado a muerte por ver el popular programa 'El Juego del Calamar'. Lo impactante es que la denuncia vino de sus propios padres, quienes temían las repercusiones de su comportamiento, lo que resalta la magnitud del miedo instaurado en la sociedad norcoreana. Este hecho pone de manifiesto no solo la censura extrema, sino también cómo el régimen logra dividir a las familias para mantener su control.

Vivir en Corea del Norte es un desafío diario, donde la libertad de elección está severamente restringida. Los ciudadanos deben navegar por un entorno en el que incluso las pequeñas decisiones, como ver una serie, pueden llevar a castigos severos. En un contexto donde el miedo y la vigilancia son constantes, la posibilidad de que uno de los nuestros sea delatado por un ser querido es una realidad desgarradora.