Las fuerzas gubernamentales de Mali han emprendido un ambicioso viaje hacia Tinzawaten, saliendo de Kidal hace seis días. A pesar de que la distancia es de sólo 150 kilómetros, han recorrido apenas 100 debido a duras condiciones en el desierto. Esta columna está compuesta por cientos de soldados malienses, operativos rusos y combatientes tuareg opositores al grupo separatista conocido como Cuadro Estratégico Permanente (CSP). Están equipados con más de cien vehículos blindados y de transporte, avanzando bajo un intenso apoyo aéreo con el objetivo de vengar a sus compañeros caídos en la primera batalla de Tinzawaten. Este enfrentamiento no solo representa una pulsión de venganza, sino también una prueba crítica de la estrategia de Assimi Goita y sus asesores rusos para recuperar el control de una ruta estratégica hacia Argelia.

Sin embargo, el progreso se ha visto obstaculizado. A lo largo del trayecto, las tropas enfrentan desafíos logísticos, como la escasez de combustible y agua, lo que ha generado rumores de pérdidas significativas. Las duras condiciones del desierto, que puede ser letal con su calor, tormentas de arena y fauna peligrosa, han puesto a prueba la resistencia de la columna. Los 150 kilómetros no son un paseo por la naturaleza; se enfrentan a un camino incierto que se pierde a menudo entre dunas y arbustos, donde la hostilidad es palpable. Algunos niños de las comunidades cercanas los miran con desdén, lo que aumenta la tensión en esta peligrosa travesía.

A lo largo de la historia, el desierto ha demostrado ser un adversario formidable. Desde las lecciones de Cambises, quien perdió a 50,000 hombres en su camino hacia Siwa, hasta la humillante derrota de los cruzados bajo Saladino. La historia nos dice que subestimar las condiciones adversas puede ser fatal. Los malienses, en donde las mismas arenas que han arrojado retos históricos parecen interponerse entre ellos y su objetivo, están lejos de tener la superioridad que se esperaría.

La batalla más importante de Mali en años se sigue gestando, y el desierto podría ser el decisivo jugador en su desenlace. Desde ambas partes se han escuchado quejas sobre la difusión de información sensible a través de las redes sociales. Los informes de las posiciones y movimientos de las tropas están saturando el espectro propagandístico, poniendo en peligro la seguridad de ambas facciones.

LA RAZÓN ha entrevistado a Mohamed Elmaouloud Ramadane, portavoz del CSP, quien se mostró cauteloso sobre el resultado de la inminente batalla. Ramadame se negó a hacer predicciones, afirmando que el resultado es incierto, pero asegura que están bien preparados para este y futuros combates. Este conflicto puede reconfigurar la lucha en la región, donde tanto la victoria como la derrota tienen implicaciones profundas, no solo militarmente, sino también en la moral de las tropas.

Una victoria del CSP podría permitirles recuperar territorio perdido el año pasado y otorgarles un impulso moral significativo. La atención internacional está puesta en este desarrollo, y el futuro de Kidal y sus alrededores podría depender del resultado de esta contienda, abriendo un nuevo capítulo en la historia de Mali.