El Espanyol de Barcelona está viviendo una drástica etapa de austeridad que ha sorprendido a los jugadores y aficionado. La medida más contundente de esta política de ahorro ha sido la reducción significativa en la calidad de la alimentación que se les proporciona a los futbolistas.

Hasta hace poco, los jugadores podían disfrutar de un menú variado que incluía jamón, yogures de proteínas y una selección de frutas frescas para optimizar su rendimiento físico. Sin embargo, en un giro inesperado, la dirección del club ha informado a los jugadores que deben "ahorrar en todo", lo que ha provocado un descontento palpable en el vestuario.

Además de la drástica reducción en la calidad de los alimentos, los jugadores también han notado cambios en otros aspectos logísticos durante su preparación para los partidos. Anteriormente, disfrutaban de habitaciones individuales en hoteles y vuelos charter privados, ahora tienen que compartir habitaciones y adaptarse a horarios de vuelos comerciales, lo que ha contribuido a un ambiente de incomodidad.

A pesar de que los futbolistas han decidido aceptar con resignación estas nuevas condiciones, han presentado una solicitud formal a los directivos del club, incluyendo a los responsables de marketing y control de gasto. Este grupo, liderado por Sergi Gómez, Leandro Cabrera, Javi Puado y Pol Lozano, busca mantener una base sólida en su preparación física y promete que la alimentación es esencial para su rendimiento en el campo.

El Espanyol se encuentra en la posición decimocuarta de LaLiga EA Sports, con un balance de tres victorias, cinco derrotas y un empate. Sin embargo, muchos ven estos recortes como una medida desesperada con miras a una posible venta del club en el futuro. Con un límite de plantilla de solo 8,8 millones de euros esta temporada, la situación se torna aún más alarmante si se compara con los 86,3 millones de euros de la campaña 2019-20.

La presión sobre el club es evidente y la única opción parece ser la austeridad extrema, ya que solo el Sevilla tiene un presupuesto más reducido para su plantilla en la actualidad. Los aficionados esperan que estos cambios no solo sean temporales y que se pueda revertir la situación en breve, ya que el club necesita encontrar un equilibrio entre la economía y la competitividad.

Mientras tanto, el futuro del equipo y sus jugadores queda en una incógnita; ¿podrán los futbolistas adaptarse a esta nueva realidad o se verán obligados a seguir luchando en un ambiente cada vez más hostil?