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Caravaggio Antes de Caravaggio: Un Viaje al Origen del Genio Artístico

2024-11-06

Autor: Antonio

La iluminación de Caravaggio (Michelangelo Merisi, 1571-1610) sigue brillando intensamente, sin que sus sombras se desvanezcan jamás. En el Museo del Prado, se ha revelado recientemente el Ecce Homo, un descubrimiento que ha emocionado a los amantes del arte. Maria Cristina Terzaghi, respetada profesora de Historia Moderna en la Universitá degli Studi di Roma, está preparando una exposición dedicada a Caravaggio para 2025 en el Palacio Barberini de Roma. Aunque no puede compartir detalles específicos aún, ha anticipado que la muestra incluirá nuevas obras y un enfoque renovado sobre su trayectoria, explorada a través de liendres de los últimos 15 a 20 años.

Entre las piezas de interés se menciona el Ecce Homo, pero también se especula si Terzaghi solicitará la famosa pintura de Judit decapitando a Holofernes, redescubierta en 2014 en Toulouse. Esta obra fue adquirida en 2019 por el magnate estadounidense James Tomilson Hill después de que el Louvre decidiera permitir su salida de Francia. Muchos creen que Caravaggio apenas la esbozó en 1607, dejándola en el estudio de sus amigos en Nápoles, un acto que desata un torrente de especulaciones sobre la creación artística en tiempos difíciles.

A lo largo de los siglos, Caravaggio fue una figura oculta. El historiador del arte Roberto Longhi, en 1951, marcó un punto de inflexión con su exposición en el Palacio Real de Milán: 'Caravaggio e dei Caravaggeschi', que atrajo a 400,000 visitantes en tan solo tres meses, un récord para la época. Longhi, en un país que luchaba por dejar atrás los fantasmas de la Segunda Guerra Mundial y el fascismo, redescubrió al pintor como un verdadero artista del pueblo, capaz de capturar la realidad con una cruda sinceridad.

No obstante, el “descubrimiento” de Caravaggio por Longhi no fue una ocurrencia aislada. Antes de él, críticos como Jacob Burckhardt y Roger Fry ya habían apuntado a su importancia en el naturalismo y el arte moderno, aunque sus ideas no habían alcanzado la misma popularidad.

Regresando a comienzos del siglo XX, un joven Longhi, inspirado por su experiencia en la Bienal de Venecia, redirigió su atención hacia Caravaggio, un pintor casi olvidado. Sus viajes por Italia para estudiar obras de Caravaggio y sus seguidores sentaron las bases para su futura obra. En 1911, su trabajo empezó a renovarse, aportando el título del capítulo 'Caravaggio. Forma-Luz-Color-Movimiento', lo que revolucionó la comprensión del maestro.

En un giro de eventos que parecía casi milagroso, Matteo Marangoni redescubrió el famoso Baco en 1913, un descubrimiento que fue seguido por artículos de Longhi sobre seguidores de Caravaggio, destacando la relevancia de estos artistas en el arte contemporáneo.

La influencia de Caravaggio en el cine también marcó un antes y un después. Longhi, en colaboración con el crítico Umberto Barbaro, produjo un documental en 1948 que resaltaba la innovación visual de Caravaggio, ayudando a la reintegración de su obra en la narrativa del arte moderno.

Finalmente, en 1951, la exposición en Milán se convirtió en un fenómeno inigualable. Obras de capillas e iglesias, muchas de las cuales nunca viajarían en la actualidad, atrajeron a una multitud de admiradores. Longhi publicaría su monografía sobre Caravaggio en 1952, describiéndolo como un artista contemporáneo, un rompedor de moldes en su época, y cuya influencia perdura hasta el día de hoy. Con la reciente frase del Papa Francisco sobre su deseo de una Iglesia más cercana a la gente, el legado de Caravaggio cobra un nuevo significado, reflejando tanto su visión como el deseo de una sociedad más inclusiva.