El teniente general Javier Marcos, líder de la Unidad Militar de Emergencias (UME), aclaró este lunes que, aunque cuente con 1.000 soldados listos para actuar, no puede hacerlo sin la autorización explícita del director de la emergencia de la Generalitat Valenciana. Este aviso llega en medio de la crisis provocada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que ha dejado a la Comunidad Valenciana en la cuerda floja con cerca de 7.800 efectivos de las Fuerzas Armadas en la zona.

Durante una entrevista en la COPE, el presidente valenciano Carlos Mazón había intentado desviar la culpa por la lentitud en la emisión de alertas y el despliegue de ayuda, señalando a la Confederación Hidrográfica del Júcar y al Ejército. Aunque Mazón había solicitado inicialmente una intervención limitada a Urgel-Requena, después reclamó 5.000 soldados adicionales, revisando así, en sus propias palabras, el grado de potencia militar necesario para enfrentar la catástrofe.

En una rueda de prensa, el general Marcos subrayó que su decisión de movilizar 1.000 soldados fue en base a la información proporcionada por las autoridades locales que, en su momento, valoraron la emergencia de manera particular. "El director de la emergencia nos pide apoyo basándose en lo que él considera grave", dijo Marcos, enfatizando que detectar y reaccionar ante una inundación es una de las tareas más difíciles.

En el marco de las críticas que surgieron hacia el Ejército por la percepción de lentitud en su respuesta, el general reafirmó que su responsabilidad es dimensionar la fuerza, pero que la decisión de entrar o no en la zona corresponde exclusivamente a la Generalitat. “Hasta que la Generalitat no de luz verde, no podemos ingresar”, explicó Marcos.

Marcos realizó un esfuerzo notable en elaborar un plan de intervención utilizando herramientas legales que permiten una respuesta más rápida. La alerta temprana ha sido uno de estos recursos, permitiendo a los soldados mantenerse listos para salir. Durante la emergencia, los militares han logrado acceder a 69 municipios, aunque el maestro de operaciones recalcó que cada intervención debe manejarse con precisión para evitar caos en situaciones proclives a la confusión.

En un momento crítico como este, el apoyo logístico también ha sido un factor clave. Un buque de asalto anfibio ha llegado al puerto de Valencia para proporcionar alojamiento y apoyo a los más de 7.800 efectivos envolvidos en la operación. Este barco, junto con otros recursos, tiene como meta aliviar la situación de los damnificados. La ministra de Defensa, Margarita Robles, intervino en el debate y exhortó a Mazón a gestionar de manera más efectiva la crisis. Robles señaló que no se ha visto un agradecimiento público hacia los soldados, a pesar de que estos están trabajando sin descanso en turno de doce horas, enfrentándose a las duras realidades que la emergencia ha dejado a su paso. En este momento crítico, el apoyo psicológico, el drenaje de agua y lodo y la distribución de bienes esenciales están entre las prioridades del contingente militar.

A medida que la situación evoluciona, se espera que la coordinación entre la UME y la Generalitat mejore, para hacer frente a las intensas lluvias que han afectado, y que continúan amenazando la estabilidad en la región.