António Guterres, el secretario general de la ONU, ha expresado su "profunda alarma" respecto al aumento de la violencia en Oriente Medio, especialmente tras el reciente ataque de Israel contra Irán en horas de la madrugada, que fue en respuesta a una ofensiva previa.

El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, emitió un contundente comunicado subrayando: "El secretario general está profundamente alarmado por la continua escalada en Oriente Medio. Todos los actos de agresión son condenables y deben detenerse inmediatamente".

Guterres hizo un llamado urgente a todas las partes involucradas para que cesen las hostilidades, incluyendo las acciones militares en Gaza y Líbano. Enfatizó la necesidad de evitar una guerra regional total y de regresar a la senda diplomática. Este llamado es más relevante que nunca, ya que el conflicto ha comenzado a afectar a civiles inocentes y a desestabilizar gravemente la región.

La escalada actual fue provocada por un ataque que tuvo lugar la madrugada del sábado, donde Israel dirigió sus fuerzas contra instalaciones militares en Irán. Esta ofensiva es considerada una represalia al lanzamiento de más de 180 misiles balísticos por parte de Teherán hace casi un mes, un ataque que también se saldó con la muerte de al menos dos militares iraníes. En este contexto, Irán ha enfatizado su "legítimo" derecho a la defensa, argumentando que está en una lucha constante por salvaguardar su soberanía.

La situación es crítica: tanto líderes internacionales como organizaciones humanitarias están pidiendo un alto al fuego inmediato. La región no solo enfrenta un conflicto militar; también corre el riesgo de una crisis humanitaria sin precedentes. Se teme que la falta de intervención y mediación pueda llevar a un conflicto a gran escala que afecte a millones de vidas. ¿Logrará la comunidad internacional intervenir a tiempo y evitar un desastre aún mayor?