La Navidad es una época de celebraciones y encuentros familiares, pero este año también representa un peligro inminente para la salud pública. El aumento en las interacciones sociales ha contribuido a un alarmante incremento de casos de gripe, COVID-19 y virus respiratorio sincitial (VRS).

En este periodo festivo, no es raro saber de alguien que experimente síntomas comunes de estas infecciones, como tos, fiebre, congestión nasal, estornudos, malestar general o escalofríos.

El Centro Nacional de Epidemiología ha lanzado una seria advertencia sobre el creciente número de casos justo en pleno auge de las fiestas. Según su último informe, la tasa de síndrome gripal ha alcanzado los 35,3 casos por cada 100.000 habitantes, un notable aumento respecto a los 24,1 casos de la semana anterior, acercándose peligrosamente al umbral epidémico.

En cuanto a la COVID-19, el registro es de 4,7 casos por 100.000 habitantes, manteniéndose estable con respecto a la semana previa. Además, los datos indican que los casos de bronquitis y bronquiolitis entre los menores de 5 años son alarmantes, con 509,3 casos, aunque con una ligera disminución comparativa (543,5 casos en la semana anterior).

El índice de hospitalización por infecciones respiratorias agudas también ha mostrado un ligero ascenso, situándose en 16,6 casos por 100.000 habitantes, mientras que el modelo MoMo estima que han ocurrido 9.580 fallecimientos en España en este periodo, cuadrando con las expectativas.

Los síntomas predominantes de la cepa gripal de este año incluyen tos, fiebre y un malestar generalizado, pero también se han reportado casos de disnea (falta de aire), diarrea o anosmia (pérdida del olfato). Es vital tener presente que la gripe se puede contagiar desde un día antes de la aparición de síntomas y puede continuar siendo transmitida hasta siete días después de iniciar el cuadro sintomático.

En este contexto, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) advierte sobre la necesidad de que los servicios de salud desplieguen "planes de contingencia". La circulación simultánea de los virus de la gripe y el VRS, en un entorno de baja transmisión de SARS-CoV-2, podría impactar drásticamente en los servicios de salud. Las hospitalizaciones pueden involucrar a todos los grupos de edad, siendo los más vulnerables los niños pequeños y los ancianos.

Por ello, se recomienda que los servicios de salud se preparen ante la posible escalada de la actividad gripal y del VRS en las próximas semanas. Es fundamental adoptar medidas de prevención y control de infecciones en centros de atención sanitaria y residencias para frenar la propagación. Además, se debe considerar la capacidad operativa del sistema de atención primaria y secundaria ante este panorama. Mantente alerta y cuida de tu salud y la de los tuyos en esta temporada festiva.