El omeprazol y otros inhibidores de la bomba de protones (IBP) son algunos de los medicamentos más consumidos en España, según datos del Ministerio de Sanidad. En 2022, estos fármacos se situaron en el primer lugar del consumo farmacéutico, seguidos por medicamentos para el colesterol y el paracetamol, generando un gasto sanitario que supera los 490 millones de euros. Pero, ¿es seguro su uso prolongado?

Recientemente, han surgido preocupaciones acerca de la posible relación entre el consumo de estos medicamentos y un mayor riesgo de demencia, sobre todo entre aquellos que los usan de manera prolongada, lo que ha encendido la alarma entre la población. Sin embargo, especialistas de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) han actualizado su posición sobre el uso seguro de estos fármacos y aseguran que su consumo a largo plazo es seguro.

¿Qué son los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP)?

Los IBP son una clase de medicamentos que inhiben la producción de ácido gástrico en el estómago y se prescriben comúnmente para tratar problemas como el reflujo gastroesofágico y úlceras. Aunque los beneficios son evidentes, los especialistas advierten que su administración debe ser adecuada. El Dr. Agustín Albillos de la SEPD subraya que "cuando se prescriben con indicación adecuada, los beneficios superan con creces a los riesgos".

¿Qué efectos adversos pueden tener?

Los IBP no están exentos de efectos secundarios, que pueden incluir infecciones y una posible deficiencia de micronutrientes. Sin embargo, el Dr. Federico Argüelles, autor del documento de posicionamiento, aclara que no hay evidencia que respalde la necesidad de suplementos adicionales como probióticos o vitaminas al tomar IBP.

Consejos para un uso adecuado

Para evitar efectos adversos potenciales, es fundamental que estos medicamentos se utilicen únicamente cuando estén indicados. El Dr. Martín de Argila recomienda "usar la dosis mínima eficaz cuando sea necesario". El mensaje es claro: ¡puedes seguir tomando estos medicamentos con confianza, pero siempre bajo supervisión médica!

La clave para un tratamiento seguro es el uso responsable: evita la automedicación y consulta siempre a tu médico antes de iniciar o continuar un tratamiento.