Ucrania lanzó este domingo un impresionante ataque sobre Moscú utilizando al menos 34 drones, marcando así el ataque más extenso con drones a la capital rusa desde el inicio del conflicto en 2022. Esta ofensiva obligó a desviar los vuelos de tres de los aeropuertos principales de la ciudad y dejó un saldo de al menos cinco personas heridas.

Las defensas aéreas rusas, muy activas, destruyeron alrededor de 50 drones en otras regiones del oeste de Rusia, según reportó el Ministerio de Defensa. La situación refleja una escalada significativa en las hostilidades entre ambos países, evidenciando que la guerra de drones ha cambiado la dinámica del conflicto.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aplaudió a sus fuerzas en un mensaje a través de su canal de Telegram, donde expresó: "Agradezco a nuestros soldados que están llevando a cabo exitosos ataques con nuestros drones. Este esfuerzo está dando frutos y las instalaciones militares rusas están cada vez más al alcance de nuestras fuerzas."

Además, Zelenski destacó el papel crucial del Servicio de Seguridad de Ucrania y las Fuerzas de Operaciones Especiales en la destrucción de más de 300 tanques rusos, resaltando su estrategia efectiva en el frente y en operaciones no convencionales detrás de las líneas enemigas.

La reacción de Rusia

Desde Moscú, las autoridades han calificado el ataque como un "intento fallido de terrorismo" por parte del régimen de Kiev, alegando que su capacidad defensiva ha frustrado los planes de Ucrania. La agencia de transporte aéreo de Rusia confirmó que al menos 36 vuelos fueron desviados en los aeropuertos de Domodedovo, Sheremetievo y Zhukovsky, aunque pronto reanudaron operaciones.

Moscú, que alberga alrededor de 21 millones de personas, ha sido uno de los principales objetivos de los ataques ucranianos, lo que ha llevado a las fuerzas rusas a lanzar un récord de 145 drones durante la misma noche en que Ucrania llevó a cabo su ataque. Según Ucrania, sus defensas lograron derribar 62 de estos drones, mientras reportaban un exitoso ataque en un arsenal en la región de Bryansk.

Un nuevo escenario militar

La guerra que ha durado dos años y medio podría estar acercándose a una fase decisiva, con la aceleración de los movimientos de las tropas rusas y el reciente triunfo electoral de Donald Trump como el 47.º presidente de los Estados Unidos, quien ha expresado su intención de facilitar un acuerdo de paz. En un curioso giro, el CEO de Tesla, Elon Musk, conocido por su apoyo a Trump, fue parte de una llamada donde Zelenski felicito al nuevo presidente.

Kiev, enfrentando repetidos bombardeos, ha intensificado sus esfuerzos para atacar infraestructuras críticas rusas, incluidas refinerías de petróleo y estaciones de radar. La guerra ha avanzado hacia la innovación tecnológica, sobresaliendo el uso estratégico de drones. Ambas naciones están en una constante carrera por adquirir y desarrollar drones, empleándolos de maneras ingeniosas en el campo de batalla.

Las defensas aéreas de Moscú

Rusia ha implementado un sistema de "paraguas" electrónico sobre su capital para protegerla, creando capas defensivas sobre edificios estratégicos y una compleja red de defensas aéreas que buscan interceptar a los drones antes de que alcancen puntos críticos como el Kremlin.

La escalada de esta guerra de drones resuena como una nueva era en los conflictos armados, convirtiéndose los drones en armas clave, capaces de cambiar el rumbo de batallas y poner a prueba las capacidades defensivas de los países involucrados. ¿Estamos ante el fin inminente de la era de guerra convencional tal como la conocemos?