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¡Alerta en Madrid! Lime Desafía al Ayuntamiento y Sus Bicis de Alquiler Siguen en las Calles

2024-10-01

Introducción

El 1 de octubre marcó un hito en Madrid, pues la ciudad puso fin a las bicicletas de alquiler eléctricas sin base fija. El Ayuntamiento decidió no renovar las autorizaciones, lo que dejó a varias empresas fuera del negocio en el espacio público. Este cambio ha levantado polvareda, sobre todo con la empresa estadounidense Lime, que hasta el año pasado había desplegado 521 bicicletas en la capital.

Desafío de Lime

A pesar de la prohibición, Lime ha decidido mantener sus bicicletas en la ciudad, disponibles para los usuarios a una tarifa de 0,29 euros por minuto. Este desafío ha llevado al área de Movilidad del Ayuntamiento a afirmar que deberían retirar sus dispositivos, ya que no se han concedido nuevas autorizaciones.

Reacción de Lime

En un comunicado, Lime expresó su sorpresa al enterarse de la revocación de sus licencias a través de los medios, señalando que la decisión fue unilateral y no comunicada previamente. La empresa también subraya que había solicitado una prórroga con antelación.

Impacto en la movilidad sostenible

"Esta decisión no solo es un golpe para las empresas de movilidad sostenible y sus usuarios, sino también para Madrid, que se queda sin un servicio accesible de bicicletas para desplazamientos", argumenta Lime, acusando al Gobierno de Almeida de favorecer el servicio municipal Bicimad.

Preocupaciones de Lime

Lime ha mostrado su preocupación porque el Ayuntamiento no ha considerado la opinión de los operadores ni de los ciudadanos. La compañía ha estado colaborando con el Ayuntamiento en busca de soluciones sostenibles y ha implementado mejoras tecnológicas para un uso más responsable de sus bicicletas.

Situación del sector de movilidad

En un contexto más amplio, el Ayuntamiento también ha dado de baja los permisos de los patinetes eléctricos alquilados, un sector donde Lime también operaba. La revocación de estos permisos ha sido en parte atribuida a la falta de cumplimiento por parte de las empresas. Esto ha llevado a críticas sobre la gestión de movilidad en Madrid, que, según Lime, se está quedando atrás en comparación con otras ciudades europeas que abrazan la movilidad sostenible.

Tensión con el Ayuntamiento

La tensión entre el Ayuntamiento y Lime ha comenzado a afectar no solo a las operaciones de la empresa, sino también a los usuarios que dependen de estos servicios para su movilidad diaria. Las empresas involucradas, incluidas Dott y TIER, han advertido que consideran acciones legales si el consistorio no reconsidera sus decisiones y establece un diálogo.

Consecuencias para los ciudadanos

Con la prohibición en vigor, muchos ciudadanos se preguntan cómo afectará esto a su movilidad en la ciudad y qué alternativas quedarán disponibles. Madrid avanza hacia un futuro incierto en términos de movilidad sostenible, mientras Lime sigue operando en un limbo legal.