¡Alerta en el Mar Báltico! Rusia Intensifica Sabotajes Contra la OTAN
2024-12-29
Autor: Marta
Desde el tranquilizante puerto de Helsinki, el Mar Báltico, conocido por algunos como el "lago de la OTAN", se enfrenta a una creciente tensión tras la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza. Sin embargo, la realidad es mucho más sombría. A pesar de que la mayoría de las naciones ribereñas son ahora miembros de la OTAN, Rusia ha intensificado sus tácticas de guerra híbrida en la región, con actos de sabotaje como el reciente corte de cinco cables submarinos que unían a Finlandia con Estonia y Alemania.
La situación en la Guardia Fronteriza de Finlandia refleja un clima de crisis. El subcomandante Mikko Hirvi ha advertido sobre el aumento de actividades rusas en el Mar Báltico, incluyendo operaciones clandestinas de transporte de petróleo y interferencias persistentes en sistemas GPS. Esta inquietante evolución ha requerido que las fuerzas finlandesas adaptaran sus estrategias de seguridad, algo impensable hace solo unos años.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, el Báltico se ha visto envuelto en al menos cuatro incidentes de sabotage que han dañado un número significativo de cables y ductos marinos vitales. Uno de los incidentes más notables fue el ataque al gasoducto Nordstream, donde las acusaciones inicialmente recayeron sobre el Kremlin, aunque posteriormente varios ucranianos fueron implicados. Sin embargo, recientes sabotajes, como los ocurridos entre octubre de 2023 y ahora, proyectan claramente la sombra de Rusia.
La perturbación más reciente, ocurrida el día de Navidad, marcó un hito. El barco incriminado, el Eagle S, fue detenido por las autoridades finlandesas y se identificó como parte de una flota rusa que evade sanciones. Esto subraya un creciente apetito y eficacia en la reacción de los países de la OTAN ante las provocaciones rusas, destacando las recientes mejoras en la vigilancia y en la capacidad de respuesta.
Expertos como Harri Mikkola del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales han señalado que las interferencias en el GPS son, en gran parte, intencionadas, creando una atmósfera de inseguridad que afecta tanto a la navegación de buques como de aeronaves. Charly Salonius-Pasternak, también del FIIA, ha observado una notable mejora en cómo los países de la OTAN pueden identificar y reaccionar a posibles amenazas. Tácticas previamente ineficaces han sido dejadas atrás, y se ha implementado un sistema de monitoreo mucho más efectivo.
La situación geopolítica también es devastadora para Rusia, pues han visto cómo el control que alguna vez ejercieron en el Báltico se ha debilitado significativamente. Mientras que Rusia cuenta con un solo submarino operativo en esta área, Suecia ha fortalecido su flota con cinco submarinos activos y otros en construcción.
Un evento reciente encapsuló la creciente tensión: el 26 de noviembre, una fragata alemana siguió de cerca a un petrolero bajo la supervisión de una corbeta rusa, lo cual provocó una escalofriante confrontación naval. La corbeta rusa respondió disparando bengalas, lo que obligó al helicóptero de la fragata a retirarse, recordando a todos los involucrados que las aguas del Báltico son cada vez más peligrosas.
Los puertos estratégicos de Kaliningrado, San Petersburgo y Ust-Luga siguen siendo cruciales para los intereses rusos, a pesar de sus limitaciones. El declive de la influencia rusa en el Báltico también impacta a los países vecinos, especialmente a Finlandia, cuyo comercio depende en gran medida de estas rutas marítimas. De hecho, el 90% de las importaciones y exportaciones de Finlandia se transportan marítimamente.
Para agregar más presión sobre Rusia, es notable que el 60% de los rompehielos operacionales a nivel mundial han sido fabricados en Finlandia, lo que convierte al país en un líder mundial en esta área crucial para el comercio invernal.
Expertos como Basil Germond advierten que proteger al 100% los cables submarinos y ductos es una tarea imposible. Con los recientes incidentes de sabotaje, se hace evidente que ninguna nación debe depender completamente de estas conexiones, sugiriendo que se necesitan más gasoductos y cables para asegurar la continuidad operativa en caso de nuevas interrupciones. La escalofriante sombra del conflicto en el Báltico sigue extendiéndose, dejando a la OTAN en una constante alerta.