La Rugulopteryx okamurae, un alga invasora originaria de Asia, que desde 2015 ha estado causando estragos en la costa andaluza, ha sido recientemente detectada en el puerto olímpico de Barcelona. Este hallazgo ha encendido las alarmas entre los expertos, quienes advierten que la erradicación de esta especie es una misión imposible y que su proliferación aún está en un periodo crítico.

El impacto de esta alga no solo se ha sentido en el ámbito ecológico, sino también en el económico. En Andalucía, las comunidades costeras han enfrentado gastos millonarios en su gestión y control. Ahora, la extensión de la invasión hasta Cataluña plantea nuevos desafíos, incluyendo la posible afectación de la biodiversidad local y los ecosistemas marinos.

La bióloga marina María García, quien descubrió la alga durante una reciente inmersión, indicó que la rápida expansión de esta especie representa un riesgo significativo. «La Rugulopteryx okamurae no solo altera el equilibrio de los ecosistemas marinos, sino que también puede afectar la actividad pesquera y el turismo», advirtió.

Expertos en biología marina tienen la esperanza de implementar estrategias que frenen su expansión, pero los resultados pueden tardar en verse. Mientras tanto, los organismos de conservación en España deben tomar medidas rápidas y efectivas para mitigar el impacto de esta invasión, que algunos califican como una de las más preocupantes en el Mediterráneo.

En conclusión, la aparición del alga invasora en Barcelona es un llamado de atención urgente para las autoridades y la sociedad, subrayando la necesidad de adaptar las políticas de conservación y gestión marina en un entorno que se ve cada vez más amenazado por especies invasoras.