La noticia ha sacudido el ya convulso panorama político estadounidense. Jack Smith, el fiscal especial que lideró las investigaciones sobre Donald Trump por el manejo indebido de documentos clasificados y los intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020, ha presentado su dimisión. Pocos podrían prever que esto sucediera solo diez días antes de la toma de posesión del nuevo presidente electo de EE. UU.

La salida de Smith fue oficializada el viernes, cuando solicitó a la jueza de distrito Aileen Cannon la autorización para hacer público su informe final. Cannon, quien ha sido señalada en varias ocasiones por favorecer a Trump, había emitido una orden que limitaba la divulgación de este documento, incrementando así la especulación sobre su contenido.

La renuncia de Smith no solo se esperaba, sino que había sido pronosticada tras el contundente ataque verbal del presidente electo hacia él. Fue el 10 de enero cuando el fiscal se separó formalmente del Departamento de Justicia, tres días después de enviar su informe final, un movimiento que muchos creen que marca el comienzo de una etapa más oscura para los procesos legales contra Trump.

Smith se convirtió en la figura más temida por el ex presidente tras ser encargado en noviembre de 2022 de investigar múltiples casos contra él. Los cargos que enfrenta Trump son de gravedad; se le acusa de haber trasladado cientos de documentos secretos a su residencia de Mar-a-Lago en Florida, desobedeciendo la ley que exige la preservación de dichos materiales por parte de los Archivos Federales. Además, Smith lo acusó de cuatro cargos relacionados con sus esfuerzos por cambiar el resultado electoral de 2020, sumando a estos los eventos catastróficos del 6 de enero, cuando sus seguidores intentaron tomar el Capitolio para revertir los resultados.

Cannon, nombrada por Trump, desestimó el caso de los documentos clasificados, complicando aún más la situación judicial del ex presidente. Mientras tanto, el caso de fraude electoral en Georgia liderado por la fiscal Fani Willis también apunta a Trump, quien se ve presionado desde múltiples frentes: en Nueva York, se acaba de decidir que no cumplirá condena por falsificación de documentos relacionados con pagos a la actriz Stormy Daniels.

En el contexto de la victoria republicana en las elecciones presidenciales de noviembre, Smith optó por cancelar ambos casos, reafirmando que se mantenía firme en los cargos contra el mandatario electo. El Departamento de Justicia, sin embargo, sigue la cuestionable práctica de proteger a los presidentes en el ejercicio de su mandato.

Mientras el futuro de Trump y sus numerosos casos legales penden de un hilo, muchos se preguntan: ¿será este el último acto de resistencia de un sistema judicial que intenta encontrar el equilibrio en tiempos tumultuosos? La historia apenas comienza, y el desenlace podría cambiar el curso de la política estadounidense.