El avance de las fuerzas rusas hacia Pokrovsk, un bastión clave de las fuerzas de Ucrania en la región de Donetsk, ha comenzado a privar al país de reservas estratégicas de litio y carbón de coque.

Según los últimos informes de la plataforma DeepState, las tropas rusas ya controlan los pueblos de Pishchane y Shevchenko, ubicados al sur de Pokrovsk. Pishchane alberga una de las entradas a la única mina de carbón de coque en Ucrania, que fue destruida por las fuerzas ucranianas a mediados de este mes como medida preventiva ante la inminente llegada rusa.

Los expertos advierten que la pérdida de esta mina podría ocasionar una caída del 50% en la producción metalúrgica del país, obligando a Ucrania a depender de importaciones para continuar su industria. Irina Kosse, del Instituto de Investigaciones Económicas de Kiev, manifestó que este desafío logístico encarecerá la producción, afectando la competitividad de las exportaciones ucranianas, especialmente tras el repunte del comercio marítimo en 2023.

Pocos kilómetros al este de Pishchane se encuentra el pueblo de Shevchenko, que se asienta sobre uno de los depósitos de litio más grandes de Ucrania. Con el control ruso en esta área, se teme por el futuro de estos recursos, vitales para la producción de baterías utilizadas en vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.

Las reservas de litio en Ucrania estaban estimadas en unos 500,000 toneladas para 2024, posicionando al país como el quinto en Europa en potencial de extracción. Sin embargo, con la caída de Shevchenko, Ucrania ha perdido la mitad de sus depósitos de litio, tras la captura inicial de Kruta Balka al inicio de la invasión rusa.

El presidente Volodimir Zelensky había propuesto a sus aliados acceso a estos recursos críticos para recibir más apoyo militar. Sin embargo, esta estrategia ha sido recibida con escepticismo en el sector extractivo, donde muchos claman por un marco de inversiones más seguro y predecible. Ksenia Orinchak, directora de la Asociación Nacional de Industrias Extractivas de Ucrania, advierte que sin un entorno atractivo para los inversores, los beneficios prometidos por la explotación de estos metales pueden no materializarse.

La urgencia de incrementar inversiones extranjeras en la industria extractiva se presenta como una cuestión de seguridad nacional para Ucrania. La falta de armonización entre las regulaciones de las distintas autoridades complica el proceso, desincentivando la inversión extranjera que podría fortalecer la economía del país y su capacidad para resistir la agresión rusa.

La situación actual plantea un dilema crucial: ¿podrá Ucrania resurgir económicamente mientras continúa enfrentando la amenaza militar de Rusia? La respuesta a esta pregunta podría definir el futuro del país y su posición en el complicado panorama geopolítico europeo.