Este jueves, el estado de Alabama alcanzó un inquietante récord al llevar a cabo su segunda ejecución utilizando gas nitrógeno, un método controvertido y poco convencional en el sistema de justicia penal estadounidense. El reo, Alan Eugene Miller, de 59 años, fue declarado muerto alrededor de las 18:30 (hora local) en el centro penitenciario William Holman, situado en Atmore.

Antes de su ejecución, Miller protestó diciendo: «No hice nada para estar en el corredor de la muerte», revelando su indignación y aflicción ante su situación. Fue condenado a muerte en el año 2000 por el asesinato de tres hombres con los que trabajaba: Lee Holdbrooks, Scott Yancy y Terry Lee Jarvis, quienes, según él, habían esparcido rumores perjudiciales sobre su persona. Los horripilantes crímenes tuvieron lugar en las instalaciones de Ferguson Enterprises y Post Airgas en Pelham.

En un giro escalofriante de los eventos, un psiquiatra forense que testificó en defensa de Miller diagnosticó que padecía de una enfermedad mental y un trastorno delirante, lo que le llevó a creer que las víctimas eran culpables de propagar rumores sobre él. Sin embargo, el experto concluyó que la condición mental de Miller no era suficientemente severa como para justificar una defensa basada en la demencia.

La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, expresó su alivio tras la ejecución, afirmando: «Esta noche, finalmente se ha hecho justicia para estas tres víctimas a través del método de ejecución elegido por el recluso. Sus actos no fueron de locura, sino pura maldad. Tres familias cambiaron para siempre debido a sus atroces crímenes, y rezo para que puedan encontrar consuelo después de todos estos años».

Alabama es uno de los tres estados en EE.UU. que permite el uso de la hipoxia por nitrógeno como alternativa a la inyección letal y otros métodos tradicionales de pena capital. Oklahoma y Mississippi son los otros dos estados que han aprobado este método, aunque hasta la fecha no se había utilizado en ninguna ejecución anterior. Con esta reciente ejecución, queda en la mente de muchos la pregunta: ¿está EE.UU. entrando en una nueva era de justicia penal que da paso a prácticas más oscuras y poco convencionales? La controversia y el debate continúan sobre la moralidad y la efectividad de la pena de muerte en el país.