El Dragón de la Patagonia, un fascinante insecto que vive en los glaciares del sur de Chile, se enfrenta a un futuro incierto debido al calentamiento global. Este ser, conocido por su resistencia a las bajas temperaturas, es exclusivo de estos ecosistemas frágiles y su supervivencia está en juego.

La Dra. Maribet Gamboa, académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), lidera un ambicioso estudio multidisciplinario para evaluar el estado de los glaciares y entender por qué el Dragón de la Patagonia habita exclusivamente en estas condiciones extremas. Este proyecto, apoyado por Fondecyt Regular, abarcará un período de cuatro años, durante el cual se investigarán aspectos cruciales como la genómica de este insecto y los genes que se activan en entornos helados.

“Estamos viendo una pérdida alarmante de glaciares. Este proyecto no solo busca comprender la biología del Dragón de la Patagonia, sino que también tiene como objetivo su conservación”, destacó la investigadora, enfatizando la interconexión entre el cambio climático y el hábitat del insecto.

El primer muestreo se llevó a cabo en la Región de Aysén, específicamente en el Glaciar Exploradores, donde se instalaron sensores para medir la temperatura y la humedad, clave para caracterizar el hábitat del Dragón. “Como el deshielo avanza, también lo hace la amenaza para este insecto. Todo está intrínsecamente relacionado con el clima”, añadió la Dra. Gamboa.

Resultados sorprendentes indican que la temperatura dentro de las cuevas naturales donde habita el Dragón puede aumentar dramáticamente con la entrada de personas, alcanzando casi los 18 grados, mientras que sin intervención humana, se mantiene alrededor de 0 grados. “Este incremento de temperatura no solo afecta al glaciar, sino que compromete la supervivencia de esta especie única”, advirtió.

Para enriquecer la investigación, se ha involucrado a guías turísticos locales, creando un vínculo entre la ciencia y la comunidad. Juntos, exploraron las cuevas del glaciar para observar el hábitat del Dragón. La perspectiva de los guías es crucial, ya que también están comprometidos con la divulgación y conservación del medio ambiente.

“Sus esfuerzos son vitales para entender cómo las poblaciones de estas criaturas responden a los cambios climáticos. La inestabilidad de los glaciares plantea un desafío no solo para el Dragón, sino para todo el ecosistema”, comentó la Dra. Gamboa.

El proyecto no solo se limitará a Aysén; está previsto continuar la investigación en la Región de Magallanes y, para el 2026, en la Patagonia Argentina. La Dra. Gamboa enfatiza que el estudio no busca solo proteger al Dragón de la Patagonia, sino también a los glaciares que son vitales para el equilibrio ambiental.

“Conociendo la rapidez con la que cambian los glaciares, podemos diseñar estrategias efectivas para su conservación y la de especies endémicas como el Dragón. Este conocimiento podría ser la clave para salvar uno de los ecosistemas más frágiles de Chile”, concluyó la investigadora, instando a la comunidad a unirse en esta causa crucial.