Al menos 6 personas han perdido la vida y otras 25 han resultado heridas en un brutal bombardeo llevado a cabo por Israel contra un edificio en los suburbios meridionales de Beirut, específicamente en el conocido barrio de Dahye. Este ataque representa el tercero en la capital libanesa en tan solo cuatro días, lo que ha generado una creciente preocupación y tensión en la región.

El Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud Pública libanés confirmó la cifra inicial de víctimas en un comunicado breve, que fue difundido este martes. Los ataques aéreos se han centrado en el bastión del grupo chií Hezbolá, con la intención aparente de eliminar a su líder de unidad de misiles, Ali Karaki, aunque el Ejército israelí no ha ofrecido comentarios al respecto.

El ataque aéreo destruyó un edificio de seis plantas en el barrio de Ghobeiry, causando daños significativos a tres pisos y obligando a los equipos de rescate a luchar contra los escombros para alcanzar a las víctimas atrapadas. Se han reportado relatos desgarradores de familias enteras que han quedado sepultadas bajo los escombros, lo que ha incrementado la indignación entre los residentes y organizaciones humanitarias.

Bombardeos continuos: El este de Líbano bajo ataque

Esta madrugada, Israel ahondó su ofensiva con ataques en el Valle de Bekaa, donde se lanzaron misiles en más de 30 localidades del distrito de Baalbek, afectando severamente a toda la ciudad. La Agencia Nacional de Noticias (ANN) destaca que el bombardeo no ha cesado e incluso ha advertido sobre el impacto devastador en la vida civil del país.

Además, el Ejército de Israel ha confirmado que sus ataques se han dirigido a "objetivos" relacionados con Hezbolá, tanto en el este como en el sur de Líbano, asegurando que estos edificios contenían armamentos y preparativos para potenciales ataques, lo que provocó explosiones secundarias.

Escalando la crisis: La respuesta internacional

La escalada de violencia se intensificó aún más el día de ayer, cuando Israel atacó nuevamente los suburbios del sur de Beirut, en un intento fallido por eliminar al comandante Ali Karaki, quien logró escapar y evitar su muerte, según fuentes del propio Hezbolá.

Este es el quinto ataque israelí en la capital libanesa desde octubre, coincidiendo con la reacción del grupo chií, aliado de Irán, al alza de tensiones en la Franja de Gaza. Desde el inicio de esta nueva oleada de ataques, más de 500 personas han perdido la vida y más de 1,800 han resultaron heridas, generando una crisis humanitaria sin precedentes en el país.

A pesar de los intentos de Israel por desmantelar la infraestructura de Hezbolá, las consecuencias sobre la población civil son alarmantes. La situación se vuelve incontrolable, ya que este martes también se registraron explosiones en varios puntos relacionados con dispositivos de comunicación, con un saldo trágico de 32 muertos adicionales y más de 3,200 heridos.

La tensión se mantiene en aumento, y el mundo observa con gran preocupación cómo se desarrolla esta crisis en una de las regiones más volátiles del Medio Oriente.