La Contraloría General de Chile ha emitido un fuerte golpe al municipio de Mariquina al ordenar la anulación de un concurso público para contratar personal de atención primaria de salud, alegando que este proceso "no se ajusta a derecho". La medida se tomó después de que se identificaran serias irregularidades relacionadas con las horas asignadas para el personal en 2024.

La controversia comenzó con una denuncia anónima que acusaba al municipio de haber convocado un concurso con el fin de aumentar de manera "ilegítima" la dotación de personal en los centros de salud de la comuna. ¿Es este el primer paso hacia una crisis en la salud pública de la región?

Según el informe de Contraloría, se pretendía contratar a un total de 36 profesionales, incluyendo médicos cirujanos, dentistas, enfermeros, kinesiólogos, matronas, nutricionistas, trabajadores sociales, entre otros. Sin embargo, las horas destinadas para estos puestos se convirtieron en el corazón del problema, ya que el Servicio de Salud Los Ríos había estipulado un total de 11.143 horas para el 2024.

El escándalo se desató cuando se corroboró que el municipio había convocado un concurso por 1.584 horas, superando en un 10% las horas asignadas, sin contar con ninguna "habilitación legal" para esta discrepancia. Esto pone en entredicho la transparencia y la legalidad de las operaciones del municipio, algo que podría tener repercusiones significativas en la comunidad y en la confianza en sus autoridades.

La Contraloría, al observar tales irregularidades, dictó que el proceso de concurso y cualquier nombramiento realizado quedaran sin efecto. Pero, ¿qué pasará ahora con la atención primaria de salud en Mariquina? Los habitantes temen que la falta de personal afecte severamente los servicios esenciales que la comunidad necesita.

La situación ha llevado a los medios a cuestionar al municipio sobre la necesidad de contratar a más trabajadores y si la superación de horas asignadas podría acarrear un perjuicio económico. Además, se ha indagado sobre la contratación de funcionarios ya nombrados y qué acciones se tomarán para resolver estos casos.

Hasta el momento de esta publicación, el municipio no ha emitido ningún pronunciamiento oficial. Este silencio puede ser interpretado como un intento de ocultar la verdad o simplemente como una falta de gestión adecuada en tiempos de crisis. La comunidad de Mariquina espera respuestas rápidas antes de que este escándalo se convierta en un problema mayor que afecte su salud pública.