En el ámbito de las relaciones amorosas, gestionar los conflictos de forma estructurada puede ser el factor decisivo entre encontrar una solución o caer en un ciclo interminable de malentendidos y frustraciones. La psicóloga Elizabeth Clapés, autora de varios bestsellers y figura activa en redes sociales, comparte su método para evitar que las discusiones se desvíen del tema central y se transformen en ataques personales.

¿Te has sentido alguna vez molesto y, al intentar comunicarlo, la otra persona se enoja más? Clapés lo describe como un patrón frecuente que puede resultar profundamente frustrante. “Cuando se deja de enfocar en el problema inicial y se pone el acento en las emociones desbordadas, es fácil perder el rumbo de la conversación”, aclara la especialista. Según Clapés, este comportamiento no siempre indica que la otra persona trate de evadir el asunto, sino que puede ser una reacción humana natural a la incomodidad.

La psicóloga propone un enfoque efectivo: mantener la conversación centrada en un solo tema a la vez. Si aparece un desacuerdo, es crucial evitar que otros conflictos o emociones pasadas interfieran en lo que se busca resolver en ese instante. "Discutir ordenadamente no implica ocultar lo que sientes, sino estructurarlo para que la comunicación sea más efectiva y menos desgastante”, enfatiza Clapés.

Pasos para discutir de manera ordenada:

1. **Identificar el problema inicial:** Antes de responder a tu pareja, reflexiona sobre qué te ha molestado verdaderamente. Evita confundir el problema actual con otras frustraciones acumuladas.

2. **Controlar tus emociones:** Si sientes que tus emociones te sobrepasan, tómate un momento para calmarte. Es fundamental expresarte con claridad en vez de reaccionar de forma agresiva.

3. **Validar los sentimientos del otro:** Reconocer que tu pareja tiene derecho a sentirse como se siente, aunque no compartas su opinión, puede allanar el camino hacia una conversación más comprensiva.

4. **Regresar al tema central:** Si notas que la discusión toma direcciones inesperadas, redirige la conversación de nuevo hacia el problema original para no perder el enfoque.

Este método permite a las parejas evitar dinámicas destructivas que agravan conflictos no resueltos. Crear un espacio seguro en el que ambas partes se sientan escuchadas y validadas es esencial para alcanzar una solución positiva. Clapés concluye: “Discutir no tiene por qué ser sinónimo de herir; puede convertirse en una herramienta poderosa para crecer y evolucionar juntos”. Sin embargo, también resalta que este enfoque no es una solución mágica. “Cada relación y situación es única, por eso, no existen consejos universales”, subraya.

En resumen, organizar las discusiones puede ser el primer paso hacia una relación más saludable, donde la comunicación se transforma en un puente en vez de un obstáculo. ¡No dejes que los conflictos arruinen lo que tienes! Emprende el camino hacia el entendimiento y la empatía!