El aclamado director, guionista y actor David Lynch ha fallecido a los 78 años, según ha confirmado su familia. El cineasta había revelado en 2024 que sufría de enfisema, una enfermedad pulmonar crónica que lamentablemente acabó con su vida.

Su familia ha pedido privacidad en este difícil momento, señalando que "hay un gran agujero en el mundo ahora que él ya no está con nosotros. Pero, como él diría: ‘Mantén tu ojo en la rosquilla y no en el agujero’". Añadieron que el día es hermoso, con un sol dorado y cielos azules, lo que refleja la luz que Lynch trajo a la industria del cine.

Un legado cinematográfico único

David Lynch fue un pionero del cine experimental, creando obras que desafiaron las normativas del séptimo arte. Su estilo inconfundible combinó el surrealismo y el onirismo con elementos del terror y el cine negro, lo que le otorgó un lugar especial en la historia del cine.

Hizo su debut como director en 1977 con *Eraserhead*, una película de humor negro que lo catapultó a la fama en Hollywood. Su carrera se consolidó con *The Elephant Man* (1980), que narra la conmovedora historia de Joseph Merrick, y que recibió cuatro nominaciones al Oscar, marcando su primera entrada en esta prestigiosa ceremonia.

A lo largo de su trayectoria, fue nominado al Oscar en cuatro ocasiones y en 2020 fue galardonado con una estatuilla honoraria por su contribución al cine. Entre sus películas más icónicas se encuentran *Blue Velvet* (1986) y *Mulholland Drive* (2001), ambos considerados clásicos que exploran la dualidad de la naturaleza humana a través de tramas complejas.

Uno de sus mayores logros fue la serie *Twin Peaks*, que se emitió en los años 90. La serie no solo cautivó al público, sino que también revolucionó el género de los dramas televisivos con su mezcla de misterio y surrealismo.

Lynch también fue responsable de la adaptación cinematográfica de *Dune* en 1984. A pesar de que la película no tuvo el éxito esperado en su lanzamiento, el tiempo ha favorecido su valoración, y hoy en día es considerada una obra de culto.

En sus últimos años, David Lynch se mantuvo activo en las redes sociales, compartiendo su particular sentido del humor. Cada semana, a través de un video, recordaba a sus seguidores que “era viernes otra vez”, un recordatorio de la alegría que buscaba transmitir a su audiencia. Sin embargo, este ritual se interrumpió en los últimos meses, lo que ya era un signo del deterioro de su salud.

El mundo del cine llora la pérdida de un verdadero visionario, y su legado seguirá vivo en cada una de sus obras que han influido en generaciones de cineastas y amantes del cine.