El Medio Oriente se encuentra en un estado crítico. En la última semana, Israel ha intensificado sus ataques aéreos en el Líbano, resultando en la muerte de casi 600 personas e hiriendo a cerca de 2000. Esta escalada de violencia se ha convertido en una de las más severas desde el conflicto de 2006 con Hezbolá, un grupo militar y político de origen libanés respaldado por Irán.

Hezbolá fue creado en la década de 1980 como una respuesta a la invasión israelí y ha sido el foco de los recientes bombardeos. A medida que las tensiones aumentan, también lo hacen las preocupaciones sobre la posibilidad de un conflicto abierto en la región, que podría abarcar otros frentes, incluidos los enfrentamientos entre Israel y Hamás en Gaza.

La razón detrás de los ataques israelíes al Líbano es clara: Hezbolá ha estado lanzando cohetes en apoyo a Gaza, lo que ha llevado a una serie de intercambios de fuego a lo largo de la frontera israelí-libanesa. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha señalado que su país busca cambiar el equilibrio de poder en el norte, donde Hezbolá ha aumentado su fortaleza militar durante años. Además, Israel no descarta una posible invasión terrestre en el Líbano, aunque esta opción no ha sido oficialmente confirmada.

El huracán de violencia se intensificó días atrás, cuando el 23 de septiembre, los residentes del Líbano recibieron advertencias por parte de las autoridades para evacuar las zonas de conflicto. Sin embargo, sombrías noticias emergieron cuando convoyes de evacuación fueron atacados durante su huida.

Hezbolá ha respondido a los ataques de Israel lanzando cohetes hacia el norte de Israel, aunque ninguna de las partes hasta ahora ha calificado la situación de guerra formalmente. Esta dinámica de violencia ha dejado a millones en la región atrapados en un ciclo de miedo y fatalidades.

La historia entre Israel y Hezbolá es compleja. Se remonta a la década de los 70, cuando la Organización de Liberación de Palestina (OLP) fue obligada a establecerse en el Líbano después de que muchos palestinos fueran expulsados de su tierra en la creación del Estado de Israel en 1948. Esto convierte al Líbano en un punto estratégico para Israel, que ha llevado a cabo múltiples invasiones y ataques en el pasado.

Recientemente, las tensiones escalofriantes fueron precedidas por la activación masiva de bípers (buscapersonas) y walkie-talkies que estallaron simultáneamente en Líbano y Siria. La comunidad internacional ha reaccionado con gran preocupación, instando a la desescalada y a intervenciones diplomáticas. Francia y Qatar han solicitado una resolución pacífica antes de que la situación evolucione hacia un conflicto a gran escala.

En contrapartida, Irán ha hecho advertencias severas a Israel sobre las 'consecuencias peligrosas' de su ofensiva. Según el presidente iraní, Taghi Rahmani, el riesgo de un estallido de guerra total es real si no se implementan medidas para poner fin a los ataques. Esto ha llevado a que las potencias internacionales ejerzan presión para evitar un conflicto que podría desbordarse a toda la región, mientras que Estados Unidos ha manifestado su inquietud sobre una posible intervención de Irán en el conflicto.

Los ojos del mundo permanecen fijos en el Líbano mientras la situación se desarrolla, con muchos temiendo que este sea solo el comienzo de un conflicto que podría cambiar el paisaje geopolítico del Medio Oriente.