
¿Por qué apenas podemos recordar nuestra infancia?
2025-03-30
Autor: Santiago
Se dice que los niños son como esponjas, absorbiendo información a un ritmo impresionante debido a la plasticidad de sus cerebros, que les permite crear y reorganizar conexiones neuronales. Esta capacidad alcanza su punto máximo en los primeros años de vida, sin embargo, la mayoría de nosotros apenas conservamos recuerdos de esa etapa temprana.
La razón detrás de esta ausencia de recuerdos se ha atribuido por años al desarrollo incompleto del hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria. Este fenómeno se conoce como "amnesia infantil" y ha sido objeto de estudio por numerosos investigadores. Recientemente, un equipo de la Universidad de Yale ha arrojado nueva luz sobre este misterio: los humanos carecen de recuerdos específicos de sus primeros años.
La investigación, liderada por Tristan Yates, se llevó a cabo utilizando un método innovador con un grupo de bebés de entre cuatro meses y dos años. Los investigadores mostraron a los pequeños diversas imágenes antes y después de ser expuestos a una serie de imágenes nuevas. A través de resonancias magnéticas funcionales, encontraron que un hipocampo más activo al ver una imagen por primera vez aumentaba las probabilidades de que el niño la reconociera en el futuro.
Nick Turk-Browne, director del Instituto Wu Tsai de Yale, afirma: "Observamos que cuando un bebé mira fijamente una imagen que ya ha visto anteriormente, es un indicio de que la reconoce como familiar". Este hallazgo sugiere que, efectivamente, los recuerdos pueden almacenarse en el cerebro durante los primeros años de vida. Sin embargo, la investigación se adentra aún más, preguntándose qué sucede con esos recuerdos que parecen desaparecer.
Los resultados obtenidos fueron más consistentes entre los bebés de más de un año, lo que apoya una teoría más detallada sobre el desarrollo del hipocampo en relación a la memoria y el aprendizaje. Además, el equipo había descubierto previamente que la memoria de los bebés más jóvenes se basa en un tipo de memoria conocido como "aprendizaje estadístico", que se encarga de identificar patrones en lugar de recordar eventos concretos.
Turk-Browne anticipa que la memoria episódica podría desarrollarse más tarde, tal vez alrededor del año o después, siendo fundamental para el desarrollo del lenguaje y otros conceptos. Sin embargo, el estudio actual indica que el hipocampo puede codificar recuerdos episódicos mucho antes de lo que se creía originalmente.
Pero, ¿qué sucede con esos recuerdos? Turk-Browne plantea dos posibilidades: que no se almacenen a largo plazo y, por lo tanto, se pierdan rápidamente, o que persistan sin que tengamos acceso consciente a ellos. El investigador tiende a inclinarse hacia la segunda opción.
A medida que el estudio avanza, el equipo de Turk-Browne se encuentra explorando la capacidad de los bebés y niños pequeños para recordar videos grabados desde su perspectiva cuando eran más jóvenes. Los resultados preliminares son prometedores, sugiriendo que quizás estos recuerdos persistan hasta la edad preescolar, antes de desvanecerse por completo.
Como conclusión, esta investigación no solo nos ayuda a comprender mejor la memoria infantil, sino que también resalta la complejidad del desarrollo cognitivo en los primeros años de vida y sus implicaciones a largo plazo en nuestras vidas.