La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha hecho un llamado contundente este lunes a la Unión Europea (UE) para que establezca un acuerdo industrial que proteja y genere empleos de calidad en el sector automotriz del continente.

En Bruselas, se llevó a cabo una masiva manifestación para exigir acciones políticas frente a la alarmante amenaza de Audi de despedir a miles de trabajadores, un golpe devastador no solo para la planta de la empresa en la capital belga, sino también para toda su cadena de suministro.

Organizada por sindicatos belgas del sector manufacturero y en coordinación con su federación europea All Europe, la concentración en la plaza de Luxemburgo junto al Parlamento Europeo demandó respuestas concretas para situaciones críticas, como el caso de Audi, que pueden afectar el futuro de decenas de miles de trabajadores.

La CES ha alertado sobre la inminente crisis, denunciando que la situación crítica de la automoción representa una “amenaza” para toda la industria europea. La organización destacó que, entre 2019 y 2023, Europa ha perdido 850.000 empleos en el sector industrial, un dato escalofriante que pone de relieve la urgencia de acción.

Los problemas que enfrenta Audi no son aislados; otros gigantes industriales también están llevando a cabo reestructuraciones. Stellantis ha anunciado movimientos similares en Italia y Francia, mientras que Volkswagen ha violado un acuerdo colectivo de tres décadas que garantizaba la seguridad laboral, lo que aumenta la preocupación entre los trabajadores.

La CES ha solicitado a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que convoque un grupo de trabajo de emergencia compuesto por sindicatos y empresarios para abordar esta crisis con un enfoque basado en la inversión en lugar de la austeridad.

En las palabras de Esther Lynch, secretaria general de la CES: “Los líderes de la UE deben entender que la inminente amenaza sobre miles de puestos de trabajo exige acciones más contundentes para apoyar nuestras industrias.”

La manifestación en Bruselas se produce en un panorama donde la industria automotriz europea enfrenta crecientes desafíos de competitividad, especialmente con el auge de los vehículos eléctricos. En un giro alarmante, Audi anunció recientemente que finalizará la producción de su modelo eléctrico Q8 e-tron en Bruselas, una decisión que podría costar alrededor de 1,500 empleos en la primera fase de reestructuración.

Los trabajadores europeos están en pie de guerra. Si la UE no actúa ahora, el futuro de la industria automotriz y de miles de empleos se verá en serio peligro. ¡Es hora de que las instituciones escuchen el grito de auxilio de sus ciudadanos!