La Unión Europea (UE) ha anunciado este miércoles un conjunto de contramedidas rápidas y proporcionadas, que se estima alcanzarán los 26.000 millones de euros, para contrarrestar los nuevos aranceles considerados "injustificados" impuestos por Estados Unidos a importaciones de acero y aluminio provenientes de Europa.

La Comisión Europea ha expresado su profundo descontento con la decisión de EE.UU. de imponer estos aranceles, afirmando que tal acción perturba el comercio transatlántico y perjudica tanto a empresas como a consumidores europeos, con un potencial incremento en los precios de diversos productos. Según el comunicado, estas medidas reflejan la necesidad de proteger los intereses económicos de la UE ante decisiones perjudiciales de otras naciones.

La respuesta de la Comisión Europea se ha diseñado en dos fases: en primer lugar, se permitirá que las contramedidas actuales, implementadas en 2018 y 2020, expiren el 1 de abril. Estas contramedidas afectan a diferentes productos estadounidenses y buscan compensar las pérdidas económicas sufridas por la UE, que ascendieron a 8.000 millones de euros debido a los aranceles previos.

En segundo lugar, la UE ha propuesto un nuevo paquete de contramedidas que se enfoca en las exportaciones estadounidenses y que se espera que entre en vigencia a mediados de abril. Este paquete incluye una amplia variedad de productos que podrían afectar a las exportaciones de EE.UU. por hasta 26.000 millones de euros, en un intento claro de "golpear donde duele" a la economía estadounidense.

Entre los productos seleccionados para estas contramedidas, que aún podrían variar tras consultas con los Estados miembros, se encuentran la soja, con una producción significativa en Luisiana, estado del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. La UE podría sustituir la soja de EE.UU. por importaciones desde Brasil o Argentina, lo que podría impactar especialmente en la economía de ciertos estados republicanos.

Adicionalmente, se contemplan medidas sobre la carne de vacuno y el pollo, que son sectores clave en Nebraska y Kansas, así como en productos de alta visibilidad como motocicletas Harley-Davidson y diversos electrodomésticos. Esta estrategia busca no solo representar una respuesta económica, sino también enviar un mensaje político claro a EE.UU.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que la UE está abierta a dialogar y buscar una solución negociada, reiterando que las medidas actuales pueden ser suspendidas si se logra un acuerdo. Ella subrayó que las relaciones comerciales entre la UE y EE.UU. son cruciales, generando prosperidad y empleo de forma mutua. Sin embargo, también advirtió sobre las consecuencias negativas que los aranceles pueden tener para ambas economías, alertando que los precios inevitablemente subirán tanto en Europa como en Estados Unidos.

Estas tensiones comerciales surgen en un contexto de creciente incertidumbre económica y geopolítica, exacerbado por la política comercial errática del Gobierno de Donald Trump y sus enfrentamientos comerciales con otras naciones, incluido Canadá. Los nuevos aranceles afectan especialmente a países como Brasil, México, Corea del Sur y Vietnam para el acero, y a Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China en el caso del aluminio.

Con estas medidas, la UE demuestra que no se quedará de brazos cruzados ante decisiones unilaterales que afectan su economía, colaborando así para reforzar su posición en el escenario internacional.