En un reciente artículo de opinión publicado en The New York Times, los renombrados epidemiólogos W. Ian Lipkin y Ralph Baric han lanzado una alarmante advertencia sobre la seguridad en los laboratorios de China que investigan virus con el potencial de desatar pandemias. "En cualquier parte del mundo, el trabajo con virus que pueden representar amenazas para la salud pública debería llevarse a cabo en instalaciones con los más altos niveles de seguridad", afirmaron.

Ambos expertos son voces autorizadas en la epidemiología y la investigación de pandemias. Lipkin es profesor en la Universidad de Columbia, mientras que Baric enseña en la Universidad de Carolina del Norte. Su preocupación surge a raíz del descubrimiento de un nuevo coronavirus en murciélagos, denominado HKU5-CoV-2, que fue hallado por investigadores del Instituto de Virología de Wuhan, del Laboratorio de Guangzhou y la Academia de Ciencias de Guangzhou.

El HKU5-CoV-2 pertenece a la familia de los merbecovirus, la misma que incluye al virus que causa el MERS, conocido por su letalidad. Aunque se ha confirmado que el virus puede infectar células humanas, utilizando el receptor ACE2 (mecanismo que también utiliza el SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19), la viróloga Shi Zhengli ha indicado que actualmente no hay evidencia de transmisión entre humanos. Sin embargo, enfatizó la necesidad de un monitoreo cercano, dado el potencial riesgo del virus.

Lipkin y Baric expresan su inquietud sobre los protocolos de seguridad en los laboratorios que estudian virus con capacidad pandémica, señalando que el HKU5-CoV-2 fue analizado bajo condiciones que consideran inadecuadas. Este debate sobre la seguridad en la investigación de virus infecciosos ha existido durante años, ya que se busca encontrar un equilibrio entre el avance científico y la seguridad pública.

Un aspecto crítico de esta situación es que, a nivel internacional, las normas de bioseguridad son disparatadas. Esto permite que experimentos de alto riesgo se realicen en condiciones menos rigurosas, aumentando la posibilidad de un accidente o fuga. En el caso del HKU5-CoV-2, se realizaron experimentos con el virus infeccioso en un laboratorio descrito como BSL-2 plus, un nivel que no está formalmente reconocido ni es suficiente para tratar con virus respiratorios peligrosos.

Los laboratorios BSL-4, que son los que deberían manejar estos virus altamente contagiosos, requieren estrictos protocolos de seguridad. "Los laboratorios BSL-4 son los que se asemejan a lo que ves en películas de ciencia ficción, donde los científicos usan trajes espaciales", explican. La preocupación de Lipkin y Baric se centra en que, aunque el trabajo cumplía con las normativas chinas, esto no implica que sea seguro, dadas las implicaciones globales del HKU5-CoV-2.

Además, el descubrimiento del virus ha provocado una fuerte respuesta en la comunidad internacional, y los expertos sugieren que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería establecer normativas más claras y rigurosas para la investigación de virus peligrosos. La falta de un marco regulatorio internacional uniforme es considerada un obstáculo crítico para la seguridad global ante potenciales pandemias.

La invitación de los científicos es a crear un consenso global que determine cómo se debe investigar y manejar estos virus, destacando que cada país no puede actuar de manera aislada, ya que la amenaza de un virus pandémico trasciende fronteras. ¡Urgente! La humanidad necesita cooperar para prevenir un posible desastre sanitario en el futuro!