Ciencia

El Mamut de 39,000 Años Revela Sorprendentes Pistas sobre los Primeros Humanos en el Ártico

2024-09-27

En un descubrimiento asombroso que podría reescribir la historia de la presencia humana en el Ártico, investigadores encontraron en Yakutia, Siberia, los restos de un mamut lanudo conocido como Yuka, que falleció hace aproximadamente 39,000 años. Este ejemplar hembra, que tenía entre seis y nueve años al momento de su muerte, sufrió la depredación de leones de cavernas, según análisis realizados hace más de una década.

Recientemente, un grupo de científicos de la Academia de Ciencias de la República de Saja (Rusia) ha realizado un análisis pionero sobre Yuka, considerado el mamut lanudo mejor conservado encontrado hasta la fecha. En su estudio, publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, liderado por la investigadora Natalia Akhmetgaleeva, se centraron en una notable incisión de un metro de longitud en la espalda de Yuka y en las marcas de corte alrededor de sus ojos.

Lo sorprendente llegó al realizar análisis traceológicos sobre las lesiones: los expertos determinaron que estas marcas no correspondían a ataques de animales, sino que eran obra de humanos. Este hallazgo plantea interrogantes cruciales: ¿Qué tipo de herramientas pudieron haber utilizado nuestros antepasados? ¿Las heridas fueron infligidas antes o después de su muerte?

Para despejar estas preguntas, los científicos llevaron a cabo más experimentos utilizando cuchillos de piedra y metal. Sus hallazgos mostraron que los cortes en la piel de Yuka fueron causados por herramientas de piedra, lo que sugiere que estas incisiones se produjeron en un momento cercano a la muerte del mamut.

Lo que hace este descubrimiento aún más interesante es que podría ser una de las primeras evidencias tangibles de interacción entre humanos y mamuts en el extremo norte. Los investigadores creen que podría ser un indicativo de que los humanos estaban comenzando a utilizar estrategias de caza más complejas, lo que podría haber permitido su supervivencia en condiciones extremas.

Este avance no solo ilumina la historia de la vida prehistórica en el Ártico, sino que también subraya la capacidad de los antiguos humanos para adaptarse a un entorno hostil. A medida que continúan las investigaciones, el estudio de Yuka y otros hallazgos como este podrían ofrecer una ventana fascinante a un pasado que nos acerca a nuestros ancestros, haciendo de este descubrimiento uno de los más emocionantes en el campo de la arqueología moderna.