Desde el inicio del siglo XXI, el panorama hídrico de nuestro planeta está cambiando drásticamente. Según un grupo de científicos que publicó sus hallazgos en la revista *Science*, las reservas de agua superficial han disminuido significativamente, con más de 1.600 gigatoneladas de agua perdidas desde el año 2000. Este alarmante cambio está generando un aumento en el nivel del mar y alterando la dinámica de la rotación terrestre. Pero, ¿qué está detrás de esta crisis?

Los libros de Ciencias Sociales de primaria suelen simplificar el ciclo del agua como un proceso cerrado y constante, donde el agua circula entre los océanos, la atmósfera y la tierra. Sin embargo, la realidad es que este sistema, que se ha mantenido equilibrado desde el final de la última era glaciar, está siendo profundamente afectado por la actividad humana. Al respecto, el profesor Dongryeol Ryu de la Universidad de Melbourne afirma que, aunque en el planeta la cantidad total de agua no cambia, la redistribución está provocando una alarmante pérdida de humedad en el suelo y en los acuíferos.

En el periodo entre 2000 y 2002, se observó un drástico descenso de la humedad del suelo que superó a la pérdida de agua por deshielo en Groenlandia y la Antártida. Según los investigadores, este agotamiento de recursos hídricos implica que el agua que solía estar disponible para el ecosistema y el ser humano se está canalizando hacia los océanos, contribuyendo al aumento del nivel del mar de manera alarmante.

El estudio también utiliza innovadoras técnicas de teledetección mediante satélites y boyas en los océanos, que han permitido medir el aumento del nivel del mar en milímetros, lo que podría parecer insignificante pero equivale a una inmensa pérdida de agua. En total, se estima que desde el año 2000 el nivel del mar ha aumentado 4,4 milímetros, un hecho que no debemos subestimar.

Los expertos además destacan que el desplazamiento del eje de rotación de la Tierra es un fenómeno relacionado con la redistribución hídrica. Este movimiento podría estar afectando no solo el clima, sino también la misma estabilidad del planeta. Un cambio de 45 centímetros en el eje de rotación, asociado al movimiento del agua, es una cifra inquietante que refleja el impacto de nuestras acciones en la Tierra.

El cambio en el ciclo del agua se debe, en gran parte, a un aumento en la sequía y una disminución en la frecuencia y cantidad de precipitaciones. Los investigadores alertan que la sequía que experimentan regiones del mundo, como Europa, es la más severa en 400 años, afectando también a los ecosistemas naturales que actúan como reguladores del agua, como los árboles.

Si esta tendencia de pérdida de agua terrestre continúa, podría volverse irreversible. La ciencia sugiere que sin un cambio significativo en nuestros patrones climáticos, la desestabilización del ciclo del agua es inminente, llevando a una crisis de recursos hídricos global.

Aunque algunos científicos, como Sergio Vicente Serrano del IPE/CSIC, se muestran escépticos respecto a los hallazgos, coinciden en que el incremento de las sequías y una mayor demanda atmosférica de agua son factores que no pueden ser ignorados.

En conclusión, el ciclo del agua está en un punto crítico, y la pregunta permanece: ¿qué acciones urgentes se tomarán para recuperar el equilibrio necesario para la vida en nuestro planeta? La crisis hídrica ya está aquí, y es vital que todos nos involucremos en soluciones sostenibles ahora mismo.