La historia oculta de la violencia extrema en la prehistoria de Gran Bretaña se revela de una manera espeluznante. Hace aproximadamente 4,000 años, un pueblo entero, compuesta por mujeres, hombres y niños, fue brutalmente exterminado, marcando lo que se considera la peor matanza prehistórica de la región. Recientes investigaciones, en las que participan destacados científicos españoles, han sacado a la luz detalles escalofriantes que indicarían que este devastador evento no solo involucró asesinatos, sino también canibalismo.

Los análisis de los cráneos encontrados han mostrado signos inquietantes de violencia. Fracturas y contusiones, indicadoras de una muerte violenta, sugieren que las víctimas fueron sorprendidas. Javier Ordoño, arqueólogo y uno de los investigadores clave, explica que no solo las matanzas se llevaron a cabo, sino que los restos humanos fueron procesados para el consumo, un ritual macabro que señala un nivel de crueldad inimaginable.

Las heridas descubiertas en los huesos revelan cortes inusuales, realizados con herramientas de pedernal, indicando un conocimiento profundo de la anatomía humana. Ordoño recalca la complejidad de las acciones llevadas a cabo: "Esto no se pudo hacer en solo unas horas, sino que tomó días enteros de un trabajo cuidadoso." Se estima que el yacimiento sólo ha sido excavado en un 50%, dejando en suspenso la posibilidad de que se descubran más víctimas.

Un hallazgo fascinante proviene de un sitio cercano: en la Cueva Gough, a apenas unos kilómetros de distancia, se han encontrado evidencias de canibalismo que datan de hace 14,000 años, un fenómeno que podría tener causas completamente distintas según los arqueólogos.

Los motivos detrás de este ataque, según los expertos, podrían no ser tan claros. A pesar de que se han descartado luchas por recursos naturales, el análisis sugiere que la masacre podría haber sido motivada por un conflicto a pequeña escala, posiblemente relacionado con un robo o un agravio personal. La brutalidad de la venganza puede haber despojado a esta comunidad de su humanidad, dejando tras de sí un rastro de horror que resonaría en la historia.

¿Es posible que la peste haya jugado un papel en esta tragedia? Resultados preliminares de análisis genéticos han encontrado trazas de la bacteria Yersinia pestis, causante de la peste, en dos jóvenes víctimas. Este descubrimiento plantea preguntas inquietantes: ¿pudieron estas infecciones influir en la tensión social de la comunidad? ¿Qué rituales pudieron haber llevado a los sobrevivientes a manipular e incluso canibalizar a personas infectadas?

Esto plantea nuevos desafíos para los investigadores, que se adentran en el estudio de más de 3,000 huesos encontrados en el yacimiento. Se están explorando conexiones familiares y aspectos dietéticos que podrían arrojar luz sobre este oscuro capítulo de la historia. En resumen, el yacimiento de Charterhouse Warren no solo está revelando una historia de violencia y canibalismo, sino que podría redefinir lo que sabemos sobre nuestras raíces y la capacidad humana para la barbarie. ¡Las revelaciones de este sitio arqueológico prometen inquietantes descubrimientos futuros!