La revancha entre Tyson Fury (34-2-1; 24 KOs) y Oleksandr Usyk (23-0-0; 14 KOs) ha sido un evento inolvidable que permanecerá en la memoria de los aficionados al boxeo. A pesar de su descontento, Fury vio como Usyk se llevó la victoria por decisión unánime con un contundente 116-112 en las tarjetas de los jueces, un giro que nadie esperaba tras una pelea absolutamente vibrante.

El enfrentamiento se debatió entre dos estilos de pelea contrastantes. En la primera parte del combate, Usyk fue el claro protagonista, usando su agilidad y movimientos extremos para desorientar al 'Gypsy King'. Sin embargo, en la segunda mitad, Fury mostró su típica resistencia y empezó a dominar los asaltos, pero no fue suficiente para cambiar el rumbo del combate.

Usyk, conocido por su capacidad de adaptación en el ring, reservó lo mejor para los momentos cruciales, así como lo hizo en su primera pelea contra Fury, que ganó por decisión dividida. Con esta victoria, el boxeador ucraniano retiene sus tres títulos mundiales (WBC, WBA y WBO) y demuestra, una vez más, que es uno de los mejores de su generación, habiendo derrotado a un campeón que había sido considerado invencible.

A pesar de no haber habido caídas, ambos peleadores mostraron una intensidad deslumbrante. Usyk, incansable en su estrategia, cambió constantemente de ángulo, lo que resultó en un estilo de pelea dinámico que dejó a Fury a la espera. El 'Gypsy King' manifestó su descontento tras conocer el resultado, afirmando: "Pensé que había ganado la pelea por al menos tres asaltos", reflejando la controversia que siempre rodea a sus combates.

La pelea comenzó de manera excelente para el británico, utilizando su alcance para lanzar poderosos uppercuts. En el segundo asalto, Fury logró causar daño a Usyk, quien encontró su ritmo con una clara derecha en el tercer asalto y combinaciones efectivas en el cuarto. El combate se intensificó en el quinto, donde Fury lució sus famosas combinaciones.

Consciente de que debía incrementar la presión, Usyk comenzó a apretar en el sexto asalto. Su actividad fue clave, aunque Fury demostró táctica al combatir hacia atrás. Aumentando la intensidad, Usyk siguió presionando y logró impactar golpes más certeros en el noveno asalto, marcando la diferencia.

Ahora, con esta victoria bajo el brazo, Usyk se enfrenta a un futuro lleno de posibilidades. ¿Podría enfrentar nuevamente a Daniel Dubois o buscar otros retos más peligrosos? Como él mismo dijo: "No hay problema en dar la revancha, pero ahora voy a volver a casa a descansar". Mientras tanto, los aficionados esperan ansiosos qué deparará el futuro para estos dos titanes del boxeo en su búsqueda de la gloria.