El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha expresado su creciente preocupación por la alarmante escalada de tensiones entre Israel y Líbano, instando a los líderes mundiales reunidos en la ONU a actuar con rapidez para evitar una "guerra completa".

Durante reuniones informales con cancilleres europeos en el marco de la Asamblea General en Nueva York, Borrell destacó el intercambio de fuego entre Israel y el grupo militante Hizbulá como un tema crucial, subrayando además la ineficacia del Consejo de Seguridad de la ONU para tomar medidas decisivas.

Tras estas conversaciones, Borrell se pronunció ante los medios, enfatizando que las hostilidades han cobrado un alto precio: "Desde el martes pasado, más de 500 personas han perdido la vida en Líbano y 4,400 han resultado heridas, muchas de ellas mujeres y niños. Esto es un precio inaceptable y representa una situación de guerra, a pesar de que no haya habido una invasión terrestre".

El diplomático europeo hizo un llamamiento urgente a la comunidad internacional: "Es el momento de redoblar los esfuerzos de mediación diplomática. Todos debemos emplear nuestros recursos para detener esta trayectoria hacia el conflicto". Borrell también subrayó que "el camino hacia la paz empieza con un solo paso: el cese de hostilidades en Gaza".

"Seguimos exigiendo un alto al fuego inmediato en la Línea Azul y en Gaza; no son cuestiones separadas. Lo que sucede en Gaza afecta directamente a la seguridad en Líbano, y también provoca tensiones en el Mar Rojo y en Cisjordania". Esta última observación es especialmente inquietante, dado que los eventos en Gaza han desencadenado una serie de reacciones hostiles en diversas regiones de Medio Oriente.

En relación a la influencia de Estados Unidos sobre Israel, Borrell reconoció la falta de resultados en los esfuerzos diplomáticos hasta la fecha: "No hemos logrado frenar la guerra y ambas partes parecen estar estancadas en las negociaciones". Recordó que, en conflictos anteriores, la presión diplomática fue acompañada por incentivos claros, algo que hoy no se ha materializado: "¿Por qué cambiarían su comportamiento si no enfrentan consecuencias?".

Además, mencionó una cena de diplomáticos donde se discutieron las perspectivas de paz en la región, resaltando que uno de los asistentes sugirió que es vital comenzar a hablar sobre soluciones políticas sin esperar a un cese de fuego que podría no llegar.

Borrell también hizo hincapié en la necesidad de comprender quién está detrás de los movimientos en el conflicto, destacando la influencia evidente de Irán en la política libanesa. Confirmó su intención de reunirse con su homólogo iraní esta semana para discutir no solo el pacto nuclear, sino también la situación de seguridad en la región, subrayando que la comunicación continua con Irán es esencial para la estabilidad en el Medio Oriente.