Ciencia

¡Un ‘cacahuete cósmico’ se acerca a la Tierra como nunca antes!

2025-09-05

Autor: José

Un encuentro celestial único

En la inmensidad del universo, cada encuentro cercano con un objeto celeste es un recordatorio de lo extraordinario. Esta vez, el asteroide 1997 QK1, con su inusual forma de cacahuete, se ha acercado a nuestra Tierra tras más de 300 años de aparente alejamiento.

Un radar que revela secretos

El radar del Sistema Solar de Goldstone, dirigido por la NASA, no solo ha capturado la peculiar silueta del asteroide, sino también su movimiento dinámico y los secretos ocultos en sus gemelos lobulares.

Una amenaza a distancia segura

Catalogado como potencialmente peligroso, el 1997 QK1 no representa un riesgo inmediato, pero su aproximación, aSolo a tres millones de kilómetros (ocho veces la distancia entre la Tierra y la Luna), ha permitido obtener imágenes nunca antes vistas con una asombrosa resolución de hasta 7,5 metros. El sobrevuelo del 20 de agosto de 2025 será muy cercano, marcando la mayor aproximación de este asteroide desde el siglo XVII.

Desentrañando el misterio del cacahuete

Antes de esta histórica aproximación, el conocimiento sobre 1997 QK1 era escaso. Sin embargo, durante las últimas observaciones, los científicos determinaron que el asteroide mide aproximadamente 200 metros de largo y completa una rotación cada 4.8 horas. Su alargada estructura de doble lóbulo, con uno de ellos siendo el doble de grande que el otro, se conoce como un 'binario de contacto', un fenómeno más común de lo que se pensaba.

Un pasado de colisiones

Este tipo de formación sugiere un proceso evolutivo donde dos cuerpos chocaron y se mantuvieron unidos por la gravedad a lo largo de millones de años. Las concavidades en los lóbulos de 1997 QK1 podrían ser vestigios de colisiones pasadas o actividad superficial. Gracias al radar de Goldstone, ahora podemos predecir con mayor precisión su trayectoria en las próximas décadas.

La importancia de la vigilancia

Las observaciones realizadas por el radar de Goldstone son cruciales no solo para la ciencia, sino también para la estrategia de defensa planetaria. Este equipo, respaldado por el Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra, permite identificar peligros potenciales y planear futuras misiones de mitigación.

Las tecnologías de radar ofrecen una precisión milimétrica en la reconstrucción de la órbita del 1997 QK1, eliminando muchas de las incertidumbres sobre su futuro.