El arquitecto Jaume Prat ha desatado un debate intenso tras reaccionar a un popular video del dúo cómico Pantomima Full, donde Rober Bodegas interpreta a un vendedor de casas de lujo. El sketch se convierte en una crítica de la industria inmobiliaria al mostrar que, detrás de la fachada de propiedades extravagantemente promocionadas, hay una realidad muy distinta.

En el video, frases como "Esto es un barrio de gente de bien" y "pídelos como regalo de cumpleaños, los tenemos en venta por 2.400.000 euros" se presentan de manera irónica, resaltando la desconexión entre la forma en que se venden las casas y las condiciones reales de vida de quienes las promocionan. Al final de la parodia, el vendedor revela su propia precaria situación económica, viviendo en un apartamento compartido y viajando en metro, en contraposición a la opulencia que intenta vender.

Jaume Prat, tras visualizar esta sátira, expresó su frustración en redes sociales: "Esto me ha hecho reflexionar que, como profesor de proyectos, estoy formando a futuros arquitectos para diseñar viviendas que probablemente nunca podrán permitirse". La crítica apunta a una preocupante desconexión en la educación de arquitectura, donde los estudiantes se ven forzados a crear proyectos alejados de la realidad socioeconómica que enfrentarán.

Prat añadió que le causa desasosiego plantear a sus alumnos retos de diseño sofisticados, como "colocar un piano de cola en un espacio", cuando la verdadera preocupación para muchos jóvenes arquitectos será cómo conseguir un techo donde vivir. Con la crisis de vivienda y el aumento de los precios en las ciudades, la reflexión de Prat es más relevante que nunca, ya que pone de manifiesto la creciente distancia entre el mundo académico de la arquitectura y las difíciles realidades del mercado inmobiliario. ¿Hasta cuándo seguirán existiendo estas contradicciones en un sector que debería ser accesible para todos?