Las intensas lluvias provocadas por la depresión aislada en niveles altos (DANA) han causado estragos en diversas regiones de España, especialmente en Castilla-La Mancha, donde se han reportado cinco muertes, de las cuales cuatro se han confirmado en Letur (Albacete) y una en Mira (Cuenca). En un giro trágico de los eventos, equipos de rescate han realizados hallazgos recientes, como el descubrimiento de dos cuerpos no identificados en las últimas horas. Uno de ellos fue localizado cerca de un delta formado por las inundaciones, lo que sugiere que podrían estar relacionados con la misma catástrofe.

Ante la gravísima situación, el Gobierno y las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos de rescate y recuperación. La Guardia Civil, que ha estado trabajando incansablemente tras las tormentas, quiere asegurar la identificación de los afectados en los próximos días. Aún quedan muchas familias en vilo, ya que se reportan al menos 89 desaparecidos en la región de Valencia, cifra que incluye a personas que han sido reportadas como ausentes tras la tormenta.

La situación, sin embargo, es más que alarmante; se estiman alrededor de 62 cadáveres sin identificar en el Instituto de Medicina Legal, lo que plantea grandes desafíos de ordenamiento y respuesta por parte de las autoridades. Las cifras de personas desaparecidas siguen aumentando, y los esfuerzos para remediar esta situación continúan siendo una prioridad para los equipos de emergencias.

Los voluntarios y las fuerzas de seguridad han realizado más de 6.000 rescates en un solo día, pero los desafíos no cesan. Mientras las comunidades luchan por recuperarse del impacto de la dana, la falta de servicios básicos, como el suministro de agua y electricidad, sigue afectando a miles de ciudadanos. Aunque se ha restablecido un 98% de la electricidad, aún se recomienda el uso de agua embotellada para consumo humano.

La DANA también ha llevado a una oleada de delitos, con un aumento reportado en robos y saqueos en las regiones afectadas. En total, la policía ha detenido a más de 180 personas, con 15 de ellas bajo prisión preventiva. Los vecinos, aterrados por la situación, han expresado su frustración ante la aparición de grupos que aprovechan la crisis para delinquir.

Además de los esfuerzos de rescate y contención, el gobierno ha declarado que se prorrogarán las restricciones de circulación en varias zonas para garantizar la seguridad de todos, mientras se realizan labores de limpieza y reconstrucción en los lugares afectados. Voluntarios de diversas partes de España se han presentado en la zona para ofrecer ayuda, un claro signo de solidaridad frente a esta descomunal tragedia que ha dejado huella en la memoria colectiva de la región.

A medida que el conteo de víctimas sigue creciendo, el llamado a la ayuda y a la colaboración entre la ciudadanía se hace más urgente que nunca. Previamente, la ministra de Sanidad ha indicado que, a pesar de la situación, no se están recomendando vacunas generales, pero sí se advierte a los trabajadores humanitarios y a los residentes sobre los riesgos de salud asociados a la limpieza tras la inundación.