Donald Trump sigue armando su futuro equipo con movimientos audaces. Recientemente, se ha filtrado que el presidente electo ha considerado al congresista de Florida, Mike Waltz, para el puesto de consejero de seguridad nacional. Aunque aún no hay confirmaciones oficiales sobre esta designación, es un paso que destaca la lealtad de Waltz al exmandatario. Este congresista fue una de las figuras que acudió a Nueva York a respaldar a Trump durante el polémico juicio por el caso Stormy Daniels, además de haber mostrado apoyo a sus intentos fallidos de revertir los resultados electorales de 2020.

Mike Waltz no solo ha sido un firme defensor de Trump, sino que también es un miembro destacado del Grupo de Trabajo sobre China de la Cámara de Representantes, donde ha jugado un papel crucial en la formulación de políticas para hacer frente a la superpotencia asiática. Este congresista ha lanzado serios llamados al boicot de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín, alegando la responsabilidad de China en la pandemia de COVID-19 y su represión de la minoría musulmana uigur.

Además, Waltz ha criticado abiertamente la ayuda a Ucrania y la postura de la OTAN, declarando que la era del 'cheque en blanco' ha terminado y que la estrategia debe centrarse en evitar que Rusia involucre a Estados Unidos en un conflicto mayor. En su opinión, la carga de la defensa no debe recaer únicamente sobre el pueblo estadounidense.

El puesto de consejero de seguridad nacional, actualmente ocupado por Jake Sullivan, es una de las posiciones más influyentes en la política exterior de Estados Unidos, ya que el consejero actúa como un enlace esencial entre el presidente y los líderes internacionales. Este cargo no requiere confirmación del Senado, lo que le otorga a Trump la flexibilidad de hacer cambios rápidos en su equipo.

A los 50 años, Mike Waltz es un veterano de los Boinas Verdes que ha servido en conflictos en Afganistán, Oriente Medio y África. Su experiencia incluye roles de asesor en la Casa Blanca y en el Pentágono durante las administraciones de Donald Rumsfeld y Robert Gates. También fue presidente del subcomité de preparación de los Servicios Armados de la Cámara y miembro activo de varios comités importantes, lo que le otorga un perfil sólido para contribuir a la seguridad nacional.

Waltz ha sido crítico de la retirada desorganizada de Estados Unidos de Afganistán, pidiendo rendición de cuentas por la muerte de 13 militares en Abbey Gate. Ha lanzado duros comentarios sobre lo que él califica como un 'ejército woke', un tema popular entre algunos sectores de la derecha estadounidense. En su declaración del año pasado, resaltó la urgencia de equipar mejor a las fuerzas armadas y centrarse en ganar guerras, en lugar de en agendas de diversidad.

Trump ya tuvo una experiencia variada con sus asesores de seguridad nacional en su primer mandato, donde la relación con algunos de ellos fue tumultuosa. Esta vez, parece querer rodearse de aliados leales como Waltz mientras busca construir un equipo que refleje su visión para el país.