El presidente Donald Trump ha tomado la polémica decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París por segunda vez, volviéndose a situar entre los pocos países que no apoyan este acuerdo internacional que busca combatir el cambio climático.

En su declaración, Trump se mostró contundente: "Me retiro inmediatamente de la injusta y unilateral estafa climática de París". Con este movimiento, Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel global, se alinea nuevamente con países como Irán y Yemen, que también han optado por no participar en la lucha contra el calentamiento global.

La reacción internacional no tardó en llegar. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Guo Jiakun, expresó su preocupación ante esta decisión, subrayando que China se compromete a seguir adelante con sus iniciativas para enfrentar el cambio climático y trabajar hacia una transición hacia un modelo de bajo carbono.

Durante su discurso inaugural, Trump reiteró su intención de aprovechar las vastas reservas de petróleo y gas de EE.UU., afirmando que el país tiene las más grandes del mundo y que no permitirá que sus industrias se vean afectadas por un acuerdo que considera perjudicial.

¿Las implicaciones de esta retirada?

La retirada de EE.UU. del Acuerdo de París podría tener consecuencias desastrosas. Según expertas como Laura Schäfer de la ONG Germanwatch, esto "eliminaría la obligación del país de reducir sus emisiones", lo cual es esencial dado que EE.UU. representa cerca del 11% de las emisiones globales de gases. Esta decisión también podría influir negativamente en el compromiso de otros países para abordar el cambio climático, reduciendo la presión sobre emisores significativos como China.

Los científicos advierten que la ventana para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 grados Celsius se está cerrando rápidamente. Existen serias dudas acerca de la capacidad de los países para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, que exige el registro de emisiones y la presentación de nuevos objetivos cada cinco años.

La próxima ronda de objetivos debe ser presentada antes de febrero de 2025, justo antes de la conferencia COP30 que se llevará a cabo en Belém, Brasil, en noviembre de ese mismo año.

A pesar de que la decisión de Trump se implementa rápidamente, EE.UU. permanecerá oficialmente en el Acuerdo durante un año más. Esto significa que aún tendrá voz y voto en la próxima cumbre del clima, aunque su influencia podría verse disminuida.

Impacto en las ciudades y estados de EE.UU.

Durante la primera administración de Trump, más de 4,000 gobernadores, alcaldes y líderes empresariales se unieron a la coalición 'We Are Still In', comprometiéndose a mantener los estándares del Acuerdo de París, incluso si el gobierno federal se retiraba. Ahora, se espera que esta coalición tome un papel proactivo en las discusiones climáticas, a pesar de la falta de apoyo federal.

Mientras el mundo observa los próximos pasos de EE.UU. en esta narrativa climática, queda por ver si la comunidad internacional podrá mantener su compromiso y avanzar en la lucha contra el cambio climático a pesar de la postura del expresidente. ¡El futuro de nuestro planeta podría depender de ello!