En los últimos meses de su polémica campaña electoral, Donald Trump ha intensificado sus ataques hacia la vicepresidenta Kamala Harris, llamándola "tan tonta como una piedra", "ridícula" y "estúpida". El expresidente ha dicho que Harris usó su género para avanzar en su carrera política, la ha etiquetado como una "lunática radical comunista" y ha insistido en que "no podemos permitir una presidenta socialista, y aún menos una mujer". Además, Trump se ha burlado de su nombre, apodándola "Kambabla", y ha cuestionado su identidad racial al afirmar que siempre fue india, pero que "de repente se convirtió en negra".

Estos comentarios provocadores parecen haber encontrado un eco en su base de seguidores, quienes los aclaman en cada mitin y los repiten en redes sociales. A pesar de las recomendaciones de sus asesores para que se enfoque en cuestiones políticas en lugar de ataques personales, sus insultos han alcanzado un nivel sin precedentes. En un discurso reciente en Wisconsin, Trump afirmó: "Joe Biden se volvió discapacitado mental... Kamala nació así. Si lo piensas, solo una persona con discapacidad mental podría permitir que esto le sucediera a nuestro país". Su insistencia fue clara: "Kamala tiene una discapacidad mental".

La trayectoria profesional de Harris, que incluye sus roles como fiscal de distrito, fiscal general de California, senadora y vicepresidenta, contradice drásticamente las afirmaciones de Trump. Una reciente encuesta de Siena College mostró que el 69% de los encuestados considera que Harris es inteligente, en contraste con el 60% que opina lo mismo sobre Trump.

Un día después de que Harris visitara la frontera y prometiera expulsiones inmediatas, Trump continuó su retórica incendiaria contra los inmigrantes, prometiendo llevar a cabo lo que describe como "la mayor operación de deportación de la historia", que incluiría a alrededor de 20 millones de inmigrantes. En sus discursos, ha deshumanizado a los inmigrantes al afirmar que son "animales" y "terroristas". En respuesta a estos comentarios, un informe del FBI reveló que el número de homicidios ha disminuido significativamente desde que Biden asumió la presidencia.

"Voy a liberar Wisconsin de esta invasión masiva de inmigrantes asesinos, violadores y narcotraficantes", prometió Trump, mientras relacionaba la inmigración a cuestiones de seguridad nacional, a pesar de no presentar pruebas concretas.

En medio de su discurso, Trump también continuó promoviendo teorías de fraude electoral, y sus últimas declaraciones han recibido críticas tanto de demócratas como de republicanos. El congresista Tom Emmer y el exgobernador de Maryland, Larry Hogan, se unieron a las voces que condenaron sus comentarios como insultantes hacia Harris y hacia las personas que realmente padecen discapacidades mentales.

El gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker, sugirió que cada vez que Trump hace estas declaraciones, "está hablando de sí mismo". Durante el mitin, Trump se autopercibió y luego se rió al calificar su discurso de "oscuro". Aunque la campaña de Harris no ha emitido una respuesta oficial, una de sus portavoces declaró que Trump está reconociendo su falta de inspiración, y que solo ofrece "oscuridad" al pueblo estadounidense.

La retórica incendiaria de Trump sigue generando controversia y división en un país marcado por una creciente polarización política, mientras las elecciones se acercan a pasos agigantados.